El cuarto giro y el cambio en la “generación de cristal”

Por: Fernando Trejo

El pasado 3 de marzo, Charles M. Blow, columnista del New York Times, en su artículo Six Seuss Books Bore a Bias[1]expresó su punto de vista sobre los dibujos animados que fueron parte de su infancia; bajó un análisis crítico a lo largo de su texto, consideró que algunos personajes fomentaban la cultura de la violación, racismo y estereotipos, particularmente sobre los personajes como Pepe Le Pew y Speedy González. Blow finalizó su columna enfatizando la necesidad de quitar todo elemento que pueda incitar al racismo, particularmente en el público al que es dirigido este mensaje, siendo los infantes mayormente influenciables y vulnerables.

El trabajo del autor mencionado estaba dirigido a realizar una reflexión sobre la manera en que dichos fenómenos son normalizados e internalizados desde una temprana edad. Sin embargo, las palabras de Blow fueron tergiversadas por diversos medios sociales, provocando un teléfono descompuesto: los titulares de algunos medios resaltaron la ficticia cancelación del personaje Pepe Le Pew, provocando las reacciones de los usuarios en redes sociales.

Desde luego las respuestas en el terreno de lo digital suelen tener un posicionamiento tendencioso y polarizado, aparentemente carente de reglas, por lo que cada quien tiene una voz y voto, una opinión que externar. Como consecuencia de este clima, las expresiones han calificado como de cristal a la “generación Z”, quien precede a los “millennials”, específicamente quienes han nacido del año 2000 en adelante.

“Todo les ofende”, “Para ellos todo es violencia y bullying” “¡Qué cancelen todo! no sea que a la generación de cristal le vaya dar ansiedad”; éstas suelen ser algunas de las expresiones habituales entre los internautas para referirse de forma despectiva a una generación que ha nacido en un milenio influenciado por el internet, la rapidez de las cosas, y por supuesto, el cuestionamiento hacia las formas tradicionales del comportamiento, instituidas por la iglesia, el Estado, la educación, además de la familia.

Fuente: flickr.com

Una generación puede entenderse como el conjunto de personas que comparten un tiempo en particular, eventos y situaciones que les identifica y diferencia de otros. Dentro del tema generacional, Strauss y Howe postulan su teoría generacional en el año de 1991, en donde mencionan lo siguiente:

Cada generación tiene una programación colectiva asociada a las experiencias a las que se ha expuesto durante su formación. Vivencias compartidas como eventos mundiales, condiciones económicas, desastres naturales, héroes, villanos y políticos de esa época, permiten que los miembros de una generación desarrollen características comunes.[2]

Fuente: trendhunter.com

Así mismo, la teoría generacional de Strauss y Howefue descrita en su obra El Cuarto Giro, en el que expanden esta teoría y postulan que la historia de Estados Unidos y otras partes del mundo avanza en ciclos de aproximadamente 80 a 90 años. Para los autores, cada ciclo es comparado con las estaciones del año, y cada uno de estos giros generacionales tiene una duración de 20 a 23 años, y está marcado por un gran evento.

El primer giro estaría asociado con la primavera, un periodo caracterizado por una fuerte cohesión colectiva y la influencia de las instituciones del comportamiento, tales como la iglesia, el Estado, la familia y educación. Esta generación estuvo marcada por vivenciar eventos como la Segunda Guerra Mundial; el nacionalismo y el apogeo de las creencias religiosas como valores morales que edificaron un comportamiento a base de trabajo, además de amplia oportunidad laboral; se les denominó como la generación silenciosa.

Como segundo giro está el verano, que suele ser asociado con un despertar. Se ve con agitación y pasión, una generación que busca el cambio a través de la creatividad, la cultura; las personas buscan deshacerse de los valores sociales y abocarse a los sentidos. Esta generación estuvo marcada por la Guerra de Vietnam, los movimientos sociales feministas y políticos de la época, así como la llegada del hombre a la luna, fue conocida como la generación baby boomer.

Después encontramos al tercer giro, el otoño: la descomposición social y carencia de valores se hizo presente, derivados de la crítica en la generación anterior. Estos se diferencian por el individualismo y separación del sentido comunitario, así como la facilidad para el cambio; llevan consigo las ideas del despertar; evento que marcó fue la caída del Muro de Berlín. Esta generación fue conocida como generación X.

Finalmente, las crisis que se gestaron durante las dos etapas anteriores, tienen su cúspide en el cuarto giro, mismo que busca un cambio, una reinvención para renacer como comunidad. Esta generación hace una crítica de los fenómenos y situaciones que han provocado el caos y malestar social. Esta generación ha sido influenciada por la llegada del internet, el nuevo milenio; pero también, han dejado los cimientos sobre reformas políticas, sociales y visualizar las pautas de violencia. La generación ha sido llamada millenial.

De manera que el cuarto giro, para los autores mencionados, es entendido como una etapa de crisis y caos, retomando un aspecto llamativo, puesto que vaticinaban una crisis en el año 2020, pero no de características de salud, sino sociales. El año pasado, estuvo marcado por protestas por derechos igualitarios, movimientos feministas en búsqueda del alto a la violencia, la legalización del aborto, los matrimonios igualitarios y el cuidado del medio ambiente.

No obstante, para esta teoría, no se hace mención de una generación que ha nacido posterior al milenio, que ha mantenido una postura confrontativa, que visibiliza las pautas de violencia, orientada hacia el deber ser y lo políticamente correcto. La postura adquirida por los actores sociales de este grupo, está inmerso en una realidad virtual, que le cuesta a momentos diferenciarse de la vida real. A pesar de ello, su postura política y social no sólo se limita a estas esferas, sino que trasciende a otras áreas.

En primer lugar, el ámbito laboral puesto que las primeras dos generaciones encontraron oportunidades de consolidarse en un empleo la mayor parte de su vida, acompañado de prestaciones laborales y accesibilidad a un patrimonio, la mayor parte de ellos sin una profesión. Para la generación X la situación se marcó por la apertura al cambio, mientras que el millenial no se ha apegado en su totalidad a un solo empleo, a pesar de su profesionalización las oportunidades en este ámbito han provocado crisis, además de que la mayor parte de ellos no tiene seguridad social.

En segundo lugar, la esfera educativa se ha visto en una estrecha relación con el ámbito laboral: hoy en día la profesionalización de los individuos es algo fundamental para poder postular ante un empleo, la fórmula parece indicar que, en un mayor grado académico, mayor remuneración económica. La situación no ha sido del todo de esa manera y ha efectuado condiciones en las que no siempre se labora bajo esas condiciones, ya que los trabajos no siempre los tiene la persona con mayor preparación.

Después podemos mencionar sobre las condiciones de seguridad y la violencia, ya que han sido un punto elemental dentro de este giro, puesto que se han visibilizado las posturas y comportamientos que anteriormente estaban normalizados. Las condiciones actuales de violencia social y contra la mujer son más notorias y graves que en las generaciones anteriores, por lo que representa un futuro poco esperanzador hacia los actores de esta etapa.

En vista de que las esferas laborales, educativas, sociales para esta generación no son las más cómodas en comparación de los anteriores, esta generación ha recogido los estragos, y visualizado desde un cristal crítico los errores, pero no con el afán de señalar y culpabilizar, sino en la búsqueda de la mejora. Al igual que el invierno, siendo esta estación en la que todo se ha terminado, la generación busca dar esperanzas hacia un nuevo giro.

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En cambio, el compromiso que ha plasmado esta generación no radica en el señalamiento, sino en el compromiso y acción hacia las situaciones que considera no le permitirán avanzar; y para ello, ha señalado los privilegios de otros, que al ser suprimidos son tomados como una especie de opresión que atenta contra su libertad, una libertad y comportamientos que corresponden a una época, a un contexto, y que dotó de un significado.

En otras palabras, es ofensivo referirse a una generación como cristal, por el hecho de buscar la mejora en un mundo que se encuentra en una crisis social, económica y cultural. Incluso, sabiendo que los inicios de esta búsqueda de cambio fueron alentados por las generaciones anteriores; han recogido esos fragmentos y colocado en un cristal que les permite tener una óptica en aras de la mejora de vida, así como  todos los ámbitos derivados.

Desde luego, estamos frente a una generación que no tiene seguridad social, tampoco laboral, atraviesa por una crisis económica y de salud; la generación de cristal no tiene nada que perder, puesto que no existe algo que pueda recoger. Y bajo esa condición de pérdida, la búsqueda de un cambio que posiblemente ellos no verán, será el nuevo comienzo, para un nuevo ciclo, que tendrá otros cuatro giros para reinventarse.

En suma,  el reto al que se enfrenta la sociedad actual se ve dirigido hacia la tolerancia y aceptación de una generación que realiza una crítica, una postura que señala los rezagos en el desarrollo social, como producto de la ausencia por sus antecesores. El señalamiento no busca privar, tampoco excluir y mucho menos segmentar: ese ha sido precisamente el problema cuando se cuestionan las formas de actuar.

Finalmente el pasado no puede modificarse, pero sí podemos reflexionar a partir de. El reto no es propiciar el cambio, sino mantenerlo ¿En algún momento lograremos alcanzar un ritmo sin ciclos o giros, sino únicamente con estabilidad? Es una pregunta que nos invita a la reflexión presente y futura.


[1] New York Times, “Six Seuss Books Bore a Bias”, [en línea].

[2] Strauss, William y Howe, Neil, Generations: The History of America’s Future, 1991, p.53.


Fuentes de Información:

Blow, M. Charles, “Six Seuss Books Bore a Bias”, [en línea], The New York Times, consultado en https://www.nytimes.com/2021/03/03/opinion/suess-books-race-bias.html, 05 de Abril de 2021.

Strauss, William y  Howe, Neil, Generations: The History of America’s Future, 1991. p. 53.

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