
Por: Grecia Alvarez
Como se abordó en el Fractal “Caso La Locomotora Foro Escénico”[1], la reactivación de espacios culturales independientes a lo largo del país comenzó a tomar forma a medida que el semáforo de riesgo epidemiológico[2] evidenció cambios favorables, así como el tipo de actividades que pueden realizarse en plano social y cultural.
En el caso de la Ciudad de México, el proceso tomó más tiempo debido, en gran parte, a la incertidumbre sobre la conveniencia de la movilidad social dentro de esta localidad, recordando que, además de ser la capital del país, el tránsito habitual, aún en tiempos de COVID-19[3], sigue siendo indiscutible. Ciudadanos de estados cercanos se desplazan hacia dicha ciudad de manera constante para atender asuntos prioritarios y que demandan la presencia física. Este hecho sin duda contribuyó a la postergación de la actividad cultural, la cual ha sido desplazada en la clasificación de actividades esenciales en tiempos de pandemia.
Al hablar de la escena musical independiente o emergente en la Ciudad de México, es imposible no ubicar al Multiforo Cultural Alicia como uno de los principales foros que apoya e impulsa a artistas, grupos y expresiones de esta naturaleza. Ubicado en Av. Cuauhtémoc 91-A, en la emblemática Colonia Rockma, el Alicia demostró su capacidad de resiliencia ante la crisis que azota al sector cultural.
Al comienzo del confinamiento en México, este foro comenzó a generar vías alternas para subsistir. La venta de mercancía como playeras, discos e incluso los carteles de los eventos más emblemáticos que han cobrado lugar dentro de sus instalaciones fue una de las modalidades a la que el Alicia apostó para generar ingresos. Sin embargo, es destacable mencionar que hubo iniciativas externas que contribuyeron con la subsistencia de tan emblemático lugar, desde donaciones realizadas por grupos que se han presentado ahí, hasta el diseño y comercialización de mercancía con ganancias dirigidas a su impulso y mantenimiento.
Pese a que varios foros habían ya comenzado a operar desde semanas antes, fue hasta el tercer fin de semana del mes de abril que la actividad regresó al Alicia. Después de 425 días sin expresiones culturales presenciales, se llevaron a cabo distintos conciertos desde el jueves 15 y hasta el domingo 18 de abril, siendo esta última fecha la que sirvió de referencia para esta reseña.

Implementando un sistema de preventa a través de transferencia bancaria, se llevó a cabo la venta de las contadas entradas para el evento. Cuidando tanto a colaboradores, como artistas y público, las medidas de seguridad ante la pandemia aún latente fueron comunicadas y seguidas en todo momento. La fila para acceder al sitio se agilizó por la previa lista de asistentes generada, además se colocó un filtro sanitario que incluyó toma de temperatura, gel antibacterial y sanitización para cada una de las 90 personas que se dieron cita al lugar.
Sin duda el hecho más relevante de las medidas precautorias que tomó el Alicia y que, para quienes pudieron visitar el lugar previo a la pandemia, resultó toda una sorpresa, fue la remoción parcial del techo del lugar. La ventilación mejoró bastante, además la luz natural que alentaba la atmósfera de terraza y reforzaba la confianza de estar en un foro seguro.

Como es tradición, la banda telonera arrancó el evento y tras la primera canción que sonó, el vocalista de The Chernobyl’s aprovechó el momento para dedicar el show a sus familiares fallecidos semanas atrás, así como a toda la gente que se fue sin poderse despedir a causa de COVID-19. El mensaje fue concreto y demuestra la importancia que tiene la escena musical en la comunicación de temas de relevancia social; más allá de denotar lo grave de la situación en términos de salud, el mensaje también apertura la necesidad de retomar actividades de recreación y esparcimiento como una medida de sanación ante varias de las consecuencias y estragos que la sociedad ha sufrido en tiempos de pandemia.
Posteriormente llegó el turno de la banda principal con la petición en voz de Deals, vocalista de Out Of Control Army, de bailar en libertad como si se hubiera estado encerrado por mucho tiempo. Otro mensaje que abona a lo expuesto en el párrafo anterior: la vida cultural y de entretenimiento es una necesidad latente para el desarrollo social en todo momento, especialmente cuando se trata de retomar, en la medida de lo posible, los ritmos de vida que prevalecían hasta los primeros meses del año 2020.

La alegría de cada persona en el lugar era evidente con cada canción que fue sonando. La pandemia ha enseñado a interpretar las emociones a través de los ojos y las señas, el cubrebocas lejos de ser un obstáculo se ha convertido en el principal aliado para la reactivación de espacios, y los foros culturales independientes no se quedan atrás en el proceso.
El evento concluyó y con éste, el primer fin de semana de reapertura para el Alicia. La participación de los asistentes para crear un clima idóneo y con apego a las medidas sanitarias fue destacable. Estas fechas serán un referente no solo para este sitio cultural autogestivo, sino para todo tipo de espacios culturales que están pensando en regresar paulatinamente a sus actividades y que buscan las estrategias más convenientes para salvaguardar la salud de sus audiencias a la vez que se aporta a la economía local en tiempos tan caóticos.

La reactivación económica ha comenzado a nivel global, es una necesidad innegable después de meses en que lo más generalizado fue el confinamiento. Conforme la nueva normalidad toma su lugar, demanda de aliados en todos los niveles, tomando como ejemplo la reactivación de los espacios culturales independientes, se puede contribuir desde lo económico con la operación, aunque limitada, de las actividades culturales y de esparcimiento; a la vez que se contribuye en lo social brindando un espacio de distracción y conexión con la vida como se conocía antes de la crisis por COVID-19.
Los miedos y limitaciones siguen estando presentes, y lo estarán hasta que existan las condiciones globales para dar por superada la pandemia. Mientras eso pasa, la sociedad debe ser consciente de que no solo debe superarse la crisis sanitaria, también se deben generar vías para aminorar el impacto económico de esta situación. Presencial o digitalmente, hay formas de consumir cultura, se necesita apoyar a todos los sitios y personas que han logrado que el país sea un referente de la riqueza y diversidad de expresiones culturales; en el plano independiente de la Ciudad de México, el Alicia es un ejemplo claro y vigente.
[1] Enlace al Fractal: https://remji-fractales.mx/2021/04/08/reactivacion-de-los-espacios-culturales-independientes-caso-la-locomotora-foro-escenico/
[2] Sistema de monitoreo para la regulación del uso del espacio público de acuerdo con el riesgo de contagio de COVID-19. El cual abarca los colores rojo, naranja, amarillo y verde. Siendo el primero el de mayor riesgo, continuando en orden descendente.
[3] El coronavirus SARS-COV2 apareció en China en diciembre del 2019, provoca una enfermedad llamada COVID-19, que se extendió por el mundo y fue declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud en marzo 2020.
