MADEM: un recorrido por el Museo de la Madera en Tlaxco

Por: Guadalupe Ortiz

Desde que el municipio de Tlaxco (ubicado al norte del estado de Tlaxcala) recibió el nombramiento de “Pueblo Mágico” en septiembre de 2015, las dinámicas sociales han cambiado, pues asumir dicho compromiso implica hacer frente a las demandas de las personas que visitan este municipio lleno de historia y tradición, elementos que a su vez se ha procurado resaltar a través de diversas acciones con el fin de ofrecer una bella experiencia de visita y mostrar el gran potencial del lugar.

Uno de los puntos centrales en la difusión de la cultura tlaxquense ha sido la construcción y/o habilitación de espacios para transformarlos en museos, teniendo como ejemplo el Museo de la Madera (MADEM), sobre el cual les hablaré aquí.

Lo que por cuatro generaciones había sido exclusivamente un taller de carpintería de naturaleza artesanal, en 2015 adaptó sus instalaciones para —además de seguir funcionando como taller—, albergar en ellas una muestra de artículos históricos, instrumentos tradicionalmente usados por los carpinteros de la región y muestras del trabajo que se realiza en la actualidad, por mencionar algunos. El museo se encuentra a escasas tres cuadras del parque de Tlaxco y abre sus puertas de martes a domingo a partir de las 10:00 a.m.

La experiencia de visitar este sitio resulta en todo momento amena, pues la exposición de los elementos que comprende el museo se hace acompañar de la guía de Miguel Márquez, biznieto del señor Amador Márquez, quien fundó el taller a inicios del siglo XX, enseñando el oficio a su hijo y así sucesivamente hasta llegar la generación actual. Este recorrido consta de cinco fases, posteriores a la bienvenida.

Foto 1: propia

Entre las piezas interesantes y curiosas que se pueden encontrar al interior del museo, se encuentra una maqueta móvil de títeres que muestran de forma animada el proceso de elaboración tradicional de una pieza de madera. Las piezas que representan a los carpinteros fueron elaboradas también de madera y convertidas en títeres por las manos de los artesanos de Huamantla, quienes son expertos en ello (ya les hablaré del museo del títere en Huamantla próximamente). A medida que avanza la exposición ocurren dos cosas: en la parte superior de la maqueta se ilumina el instrumento que está usando el pequeño carpintero y este a su vez, comienza a moverse en su espacio de trabajo.

En un segundo momento, el guía comenta acerca de su contribución durante los trabajos de recubrimiento del interior de la Barca de la Fe (sitio religioso y atractivo turístico también ubicado en Tlaxco[1]), y la elaboración de algunos otros elementos que la complementan, como el altar principal, una silla sacerdotal y el timón de la barca misma.

Posteriormente, el artesano talla un pequeño trompo a ojos de los presentes, con ayuda del torno de motor, lo que le toma menos de un minuto terminar; aquello que era un simple cubo de madera cobra forma rápidamente hasta quedar como el que se muestra a continuación:

Foto 2: propia

Al concluir el proceso de torno, el trompo se sortea entre los visitantes mediante una ruleta que señala los meses del año, la dinámica consiste en girar la ruleta y entregar la pieza a quien cumpla años durante el mes señalado, con la oportunidad de personalizarlo con el nombre del ganador.

La cuarta etapa y una de las que más atrapa la atención comienza dentro del taller, con la muestra de un par de fotografías del padre de Miguel en un bocho, mismas que datan del año 2010, fecha en la que se decidió convertir el auto en un coche de madera, y no solo de exposición estática, sino un verdadero auto en el que se puede viajar. La elaboración de una artesanía de tal magnitud tomó alrededor de dos años y hoy, es uno de los elementos que no puede faltar en los eventos culturales dentro y fuera del municipio. En la parte frontal inferior se encuentra una placa tallada en madera en la que se puede leer: “El Maestro Miguel Ángel M. S., originario y vecino de Tlaxco Tlax., pregona con el ejemplo de la buena carpintería artesanal”, y en lo que constituye el cofre, hay un pequeño burro de madera que cariñosamente apodaron: “el querendón” y que carga sus castañas[2], lo que representa que este animal pertenece a un tlachiquero[3], elementos muy propios de Tlaxco. A los costados, una llanta de refacción y la palabra “tlaxcomovil” tallada en la madera adornan el auto.

Foto 3: propia

Finalmente, y volviendo al taller, se da paso a la exposición de artesanías para la venta, en donde se puede encontrar una gran variedad de artículos de uso diario como espejos, tazas y plumas, además de aretes, collares, trompos, anillos, monederos, etc., todos ellos con algún elemento de madera y decorados a mano.

Es así como concluye la visita guiada que dura aproximadamente unos 45 minutos y que pone de manifiesto la riqueza que este bello municipio tiene en su interior y que se permite compartir con quienes quieran visitarle. Dejo abierta la invitación a quienes lean estas líneas para que visiten el Museo de la Madera y todos los demás atractivos que Tlaxco les tiene preparados y sigan comprobando que: ¡Tlaxcala sí existe!.


[1] La barca de la fe: https://fb.watch/5HhJYiRzrp/

[2] Barriles de madera empleados en la región para transportar el aguamiel, materia prima del pulque.

[3] Persona que se dedica a raspar los magueyes para extraer aguamiel y elaborar el pulque.

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