Por: Fernando Trejo
Existe una etapa personal que recuerdo con grata satisfacción, fue la oportunidad de elaborar tesis para titularme de la licenciatura; más allá de la investigación, puedo describir mi experiencia como un cúmulo de emociones ambivalentes, los desafíos ante situaciones que estuvieron fuera de mi control, así como el reconfortante apoyo de diversas personas que lo hicieron posible.
Hacer investigación no es una tarea fácil, y la tesis no se exime de dicho calificativo. Ser tesista es una etapa que involucra más que determinación y motivación con respecto a un problema, la etapa y circunstancias características que atraviesa el universitario transcurren más allá de la dimensión académica: cambios en los roles familiares, la autonomía financiera y la competencia laboral, entre otros.
En mi particular experiencia, cada vez resulta menos frecuente encontrar alumnos que estén elaborando una tesis para obtener el grado académico de la licenciatura; no obstante, el objetivo no es relacionarlo con una falta de compromiso en el universitario, o la deficiencia en la capacidad y manejo de las herramientas que tienen a su alcance.
La baja cantidad de universitarios que presentan una tesis de licenciatura se ha visto influenciada por las diversas modalidades que facilitan la obtención del grado universitario, cuando anteriormente la tesis era la única manera de conseguirlo. El catálogo de alternativas contempla hoy en día la titulación por promedio, la memoria de prácticas profesionales, experiencia profesional comprobable, cursar un posgrado, o bien, un examen general de conocimiento, etc.
Las situaciones que atañen a la baja incidencia en la elaboración de una tesis universitaria, como se había hecho mención, son diversas e influyen de forma directa en la elección de dicha opción, así como su culminación. A continuación, se describe cada uno de ellos:
- Factores relacionados con situaciones económicas – familiares
- Cambios en los roles familiares
El universitario se sitúa en una etapa de cambios que le involucran más en su sistema familiar, el culminar su etapa como estudiante indica el inicio de una vida adulta, en la que su rol familiar exige aportar capital para el sustento económico de la familia; el tesista en ese momento se ve presionado y orientado hacia la obtención de un empleo que bien, puede ser ajeno a su desarrollo profesional, con el objetivo de aportar económicamente.
- Autonomía financiera
En similitud con el punto anterior, durante la etapa de egreso del nivel superior, el universitario se ve obligado a obtener sus propios ingresos para satisfacer sus necesidades. La elaboración de una tesis exigirá además del tiempo y recursos personales, el tener un capital para solventar los recursos materiales: copias, pasajes, empastado, impresiones, libros, artículos, pago de asesorías, entre otros.
- Competencia laboral
De ahí que, el comparativo con los pares es algo inevitable en dicha etapa: percatarse de que los ex compañeros de la universidad tienen la oportunidad de iniciar su vida laboral en el lugar que realizaron sus prácticas profesionales, que otros inician su primer empleo por una oportunidad que se ha presentado; indudablemente son eventos que pueden motivar al egresado a buscar un empleo y desertar de la tesis, pues interpreta que ésta no será capaz de brindarle un ingreso económico a la brevedad.
- Factores relaciones con situaciones académico – sociales
- Experiencia previa en realizar investigación
El tesista puede encontrarse con la nula o poca experiencia realizando investigación durante su etapa formativa, esto puede derivar de factores relacionados como el programa académico y las materias dirigidas a la elaboración de tesis, experiencias negativas con docentes que no dan la importancia a la investigación científica, ausencia de programas y seminarios para desarrollar habilidades de investigación, y la baja tolerancia a la frustración ante la recepción de comentarios y/u observaciones por parte de otros.
- La elección del tema
El problema de investigación es una piedra angular en el desarrollo de la tesis, ya que en su elección suelen considerarse características mayormente relacionadas con el aporte e importancia social, que la propia satisfacción individual. Elegir el tema de una tesis requiere de primera instancia un conocimiento profundo sobre el tema (siendo deseable su dominio), la familiaridad y noción sobre los antecedentes, así como la línea de alcance para justificar su desarrollo.
- El asesor de tesis
Probablemente esta sea una de las mayores complejidades para realizar una tesis: elegir un asesor va más allá de un nombre o grado académico; exige la familiaridad con el estilo de trabajo del mismo, que permita la complicidad y entendimiento para el seguimiento de las instrucciones, asimilar de manera asertiva las recomendaciones, y sobre todo, fungir como el soporte emocional a partir de la experiencia que el asesor mismo puede proveer al alumno durante la elaboración del proyecto.
- Redes de apoyo
Las situaciones académicas y problemas económicos no son los únicos que atraviesa un tesista: las circunstancias emocionales y afectivas están inmersas durante el proceso de investigación, y en muchas ocasiones parecen ser minimizadas. Las redes de apoyo familiares, sociales y amistades son los grupos en quienes encontrará el tesista un refugio y alivio frente a la confusión que pudiera encontrar en su camino, evitando que este mismo deserte del proyecto.
De ello resulta necesario admitir que las dificultades y retos a los que se enfrente un tesista, factores que van más allá de lo académico, involucrando esferas sociales, emocionales y familiares que forman parte de la etapa; no es únicamente un tesista, sino también un egresado, un pasante que camina sus primeros pasos en el mundo laboral, y que, en su totalidad de este, puede devorarlo.
Por tal razón, considero importante trabajar en el diseño de programas universitarios que contemplen las dificultades académicas del estudiante frente a la tesis, el establecimiento claro de pasos a seguir para elaborar la misma, como seleccionar el asesor y cuáles serán los tiempos en que deben realizarse. Aunado a ello, el fomento a la creación de grupos de apoyo para dialogar sobre las dificultades que son externas al ámbito académico, permitiendo el diálogo y resolución de problemas.
Desde mi particular punto de vista, el tesista es una persona en etapa formativa, con miedos y desafíos a su alrededor que no siempre estarán a su alcance cambiarlos; el deber de quienes hemos pasado por ese camino es escuchar, orientar y fungir como red de apoyo para quienes enfrentan dicha etapa, con el objetivo de que puedan consolidar su trabajo y obtener su grado académico de manera satisfactoria.
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