Por: Karime Tobías
El año 2020 fue un parteaguas para la población mundial en términos de cómo se vive (o sobrevive) la cotidianidad en el contexto de las artes y la cultura; el simple hecho de vivir de ello se volvió un reto e incluso, se buscaron nuevas formas de creación y difusión.
Ante el cierre de espacios culturales, la reducción de los aforos, el alto costo de las medidas sanitarias y con ello el poco presupuesto que se tenía para solventar ese rubro, e incluso la falta de legislaciones locales y federales que los amparen, los centros culturales independientes de la mano de los artistas que trabajaban dentro de estos, se esforzaban por compartir aún en la crisis sus quehaceres artísticos, a manera de resistencia ante la incertidumbre.
De esta forma y a manera de investigar este sector económico/social, la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM (CulturaUNAM) diseñó la Encuesta Nacional sobre Hábitos y Consumo Cultural 2020 con el objetivo de reunir información necesaria y útil sobre los intereses que el público tiene con relación a la oferta cultural, para así, conocer el impacto de la pandemia en las formas de participación en este sector para permitir a instituciones públicas, privadas y agentes culturales independientes tener mayores elementos para responder favorablemente a los retos que la situación implica.[1]
Para llevar a cabo la encuesta en un momento tan complejo, se optó por un doble esquema de ejecución: se solicitó a diferentes instituciones culturales públicas e independientes del país el envío, vía correo electrónico, del cuestionario a sus seguidores constantes y dicho cuestionario se difundió además vía redes sociales y directorios de audiencias y públicos de las diferentes dependencias de CulturaUNAM.[2]
De esta manera, se recabó información de una audiencia amplia que ya invertía su tiempo en actividades culturales y está inmerso en la vida artística y cultura para conocer su estado de ánimo, formas de participación y deseos hacia la reconexión de lo presencial, pero también facilitó ampliar el panorama de posibles participantes, por ejemplo, reconocer el hecho de qué estados tuvieron más participación y las actividades que más se realizaban antes y durante la pandemia.
Más de 50% de las personas que participaron en la encuesta se encuentran entre los 15 y los 29 años, dentro de este rubro, el porcentaje de mujeres que contestaron fue mayor al de los hombres y el 50% de los que respondieron son estudiantes.
Según la encuesta realizada, las personas realizaban estas actividades antes de la pandemia:
Gráfico 1. Antes de que comenzara el confinamiento, ¿cuáles eran las tres principales actividades culturales que preferías realizar durante tu tiempo libre?
Esto nos hace ver que la mayoría de las actividades eran en espacios concurridos con constante interacción con el otro y la convivencia en espacios culturales o no, pero que reflejan el hecho de que la presencialidad era parte de nuestras vidas y al momento de interactuar a través de la virtualidad las actividades carecen de estímulos instantáneos reales.
Por otro lado, entre las actividades que se desarrollaban antes de la pandemia (en línea) eran:
Gráfica 2. ¿Qué espectáculos o actividades artísticas veías en línea antes de la pandemia?
Podemos observar una notable presencia de actividades que podrían ser presenciales, pero no lo eran ya sea por factores de comodidad, de transporte o economía.
No me pondré a comparar la presencialidad VS la virtualidad, ya que cada una tiene sus ventajas y desventajas. La virtualidad nos ha ayudado a traspasar fronteras, llegar a más personas, la comodidad de nuestros espacios y la difusión masiva, por otro lado, la presencialidad nos remite a las sensaciones inmediatas, a lo efímero y a los recuerdos.
Mientras estamos sumergidos en la red todo queda registrado, lo que antes veíamos en vivo ahora lo vemos a través de una pantalla, algunas actividades quedan grabadas, por ejemplo, las trasmisiones de conciertos, conferencias o talleres, programas de TV, recorridos virtuales a museos, etc.
En el siguiente gráfico se pueden observar las actividades que se desarrollaron durante la pandemia y que puede ser que ya se quedaron en nuestros hábitos, como el hecho de ver películas vía streaming, escuchar podcast o programas de radio, ver transmisiones en vivo de conciertos y obras de teatro, entre otros.
Gráfico 3. ¿Qué espectáculos o actividades artísticas has visto o desarrollado en línea durante la pandemia?
La esperanza de regresar a la presencialidad se veía incierta, pero a mediados del año 2020, la Secretaría de Cultura presentaba una Guía Básica de Reapertura para Espacios Culturales, en la que se busca un retorno seguro, saludable y solidario para espacios abiertos (zonas arqueológicas, festivales, conciertos, entre otros), cerrados (museos, cines, teatros, librerías y más recintos) y mixtos; así como para centros de trabajo, educación e investigación del sector cultural.[3]
Esta guía daba prioridad a las personas que conforman la vida cultural del país: artistas, trabajadores, técnicos, investigadores, artesanos y audiencias, poniendo cuidado en personas con discapacidad, por lo que se recomendaba priorizar su salud, brindar la mayor protección a grupos vulnerables, así como contar con un protocolo de atención a casos que presenten síntomas.
El hecho de que se publicara esta guía era solo el inicio de la esperanza de volver a la presencialidad después de tanto tiempo, sin embargo, muchos espacios culturales no lograban cumplir con tal rubro porque no estaba dentro de los planes de financiamiento y muchos de los espacios culturales en México, de acuerdo con un mapeo realizado en 2020 por pasaporte cultural, una red colaborativa de espacios y artistas autogestivos, de los 900 espacios culturales no gubernamentales consultados, el 39 % declaró estar en riesgo del cierre inminente.[4]
En la ciudad de Oaxaca el retorno a las actividades fue gradual, sin embargo, no hubo una detención completa de las actividades, los museos y espacios que dependían de las instituciones públicas fueron las que detuvieron toda actividad, caso contrario a los espacios independientes o privados, ya que este tiempo sirvió para que nuevos espacios surgieran o se remodelaran.
Actividades como las exposiciones siguieron vigentes, y nuevos espacios en la ciudad de Oaxaca vieron una nueva esperanza, tal es el caso como Central del Arte (antes Casa Murguía) ubicada en Murguía #102 Centro, Oaxaca de Juárez, Oax. Este espacio incluye a artistas jóvenes e iniciativas privadas que buscan acercar al público a una experiencia directa con sus productos, dentro de los espacios se encuentran galerías y puedes acceder al espacio para observar las propuestas vigentes en el ámbito de las artes plásticas y visuales del estado de Oaxaca.
Por otro lado, uno de los espacios que tuvo que innovar su manera de llegar al público fue La Locomotora Foro Escénico, ya que ha estado activo aún a pesar de las dificultades, este espacio ubicado en Calle Norte 1 #109 Col. José Vasconcelos, Santa Lucía del Camino, Oaxaca. Es un foro escénico independiente que ha logrado mantener su cartelera ininterrumpida desde el año 2016, se dedica a exponer trabajos escénicos (danza, teatro, performance, música, etc.) durante el 2020 se dedicó a los proyectos virtuales, aunque, seguía operando con las medidas de salud necesarias para continuar con las presentaciones presenciales.
Otro de los espacios que tuvieron la oportunidad de abrir sus puertas al público por primera vez fue el caso de Matamoros 404, ubicado en la misma calle y número que lleva su nombre, en el centro de la ciudad, este es un espacio transdisciplinario que busca ampliar las relaciones en torno a diversas comunidades creativas y áreas del conocimiento con el objetivo de enriquecer y transformar los modos de hacer y pensar las artes en Oaxaca, México y América Latina, este espacio emergente se ha posicionado en uno de los lugares con mayor participación en la vida cultural, ya que con poco tiempo han realizado ya exposiciones, conciertos, talleres y demás actividades que han logrado conformar una buena comunidad en el sector cultural.
Por último, uno de los espacios culturales que pudieron regresar a desarrollar actividades en el año 2021 después del confinamiento fue Ciudadanía Espacio cultural: El Venadito, ubicado en la Panorámica del Fortín #530 Oaxaca de Juárez, Oaxaca, el cual es un espacio pequeño a comparación de los anteriores mencionados, pero se puede disfrutar de conciertos, talleres y presentaciones de libros, cine y obras de teatro en pequeño formato.
Haciendo un recuento de los espacios, algunos están posicionados en el cuadrante central de la ciudad de Oaxaca, sin embargo, hay algunos espacios que se encuentran en las periferias y que son de gran ejemplo para reconocer el trabajo que hay detrás de los colectivos, compañías o grupos que trabajan día a día para poder abrir las puertas al público.
Actualmente se han podido realizar más actividades con cierta confianza gracias a la llegada de la vacuna, esto me hace pensar en las nuevas oportunidades de regresar a una normalidad dentro de los espacios culturales y artísticos.
Uno de los casos en los que pude interactuar nuevamente con el público fue en el proyecto Verano Correspondencias: es una muestra de cine realizada con el apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) a través del programa: Fomento al Cine Mexicano (FOCINE) que se llevó a cabo durante septiembre del año 2021 en distintas sedes del centro de la ciudad, estas fueron Central del Arte, Sala Elia (García Vigil #106, Centro) y Cinema Bakal (Abasolo #217, Centro) y se llegó a tener una participación de 800 asistentes aproximadamente.
Esta experiencia me hizo repensar nuestro lugar como agentes culturales y público, ya que podría aprovecharse esta oportunidad de volver a habitar los espacios que tuvimos que dejar para cuidarnos y en este momento podemos volver poco a poco para disfrutar de lo que algún día disfrutamos al ver una proyección con personas en un mismo tiempo y espacio y no solo nosotros frente a una televisión o computadora.
¿Cómo nos sentimos ante estas nuevas experiencias? Ante lo que era y posiblemente volverá a ser, la tecnología nos ha dado varias ventajas y herramientas de comunicación, sin embargo, en el arte las experiencias mutaron o se innovaron y eso es lo que el arte y la cultura hacen para perdurar y seguir existiendo, a pesar de los escenarios catastróficos y apocalípticos el arte nos puede salvar y ayudar a sanar.
[1] Coordinación de Difusión Cultural, “Encuesta Nacional sobre Hábitos y Consumo Cultural 2020”, [en línea], 10 feb. 2021
[2] Ídem
[3] Secretaría de Cultura, “La Secretaría de Cultura presenta la Guía Básica de Reapertura para Espacios Culturales”, [en línea], 05 oct. 2021.
[4] Morales, Francisco, “Cartografía de la resistencia cultural” en Reforma [en línea], 29 nov. 2020.
LISTA DE REFERENCIAS
Coordinación de Difusión Cultural, “Encuesta Nacional sobre Hábitos y Consumo Cultural 2020”, [en línea] en Cultura Unam, consultado en: https://cultura.unam.mx/EncuestaConsumoCultural 10 feb. 2021.
Morales, Francisco, “Cartografía de la resistencia cultural” en Reforma [en línea], consultado en: https://www.reforma.com/aplicacioneslibre/preacceso/articulo/default.aspx?__rval=1&urlredirect=https://www.reforma.com/cartografia-de-la-resistencia-cultural/ar2080026?referer=–7d616165662f3a3a6262623b727a7a7279703b767a783a–, 29 nov. 2020.
Secretaría de Cultura, La Secretaría de Cultura presenta la Guía Básica de Reapertura para Espacios Culturales, [en línea], consultado en: https://www.gob.mx/cultura/prensa/la-secretaria-de-cultura-presenta-la-guia-basica-de-reapertura-para-espacios-culturales, 5 oct. 2021.
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