La pluma onírica de un novelista sureño. Una mirada a Sibelius Fractal

Por: Rosy Vázquez

El arte evoca y provoca: cuestiona a la memoria, estimula el pestañeo, dilata la percepción. ¿A dónde van los fragmentos de nuestra memoria sino al acantilado del sueño?

Situada en un velado siglo XV, Sibeluis Fractal, la más reciente novela de Alejandro Aldana Sellschoop, escritor mexicano, es un viaje literario que narra el caminar en el tiempo de Ángel Sibelius, protagonista de un paisaje onírico que deja ver sus más recónditos deseos, miedos y vacíos existenciales.

La mencionada novela publicada por la editorial Camelot América (2021), está presentada en capítulos, que como escenas de obra teatral buscan representar, provocar y dejar en suspenso la caída de la hoja, el voltear del telón.

Autoría de fotografías: Rosa Vázquez Jiménez.

Y no es para menos la congruencia de la presentación del libro con la historia en sus entrañas, pues el protagonista se sitúa en un ambiente rodeado de antifaces que cubren la identidad para existir, vestuarios irreverentes o en despojos, carromatos transportadores de sueños y compañeros/as de viaje que le recordaban aquello de lo que huía.

El protagonista como joven, a veces pensándose como adulto o en regresión a su niñez, juega con las realidades del tiempo, va y viene en busca de ese yo que nunca pudo ser; “Ángel Sibelius concibe la vida como juego. Piensa que la niñez es la verdadera existencia del hombre”[1].

En la historia todo vuelve y regresa, se refracta en el tiempo que su memoria le permite, sus recuerdos están fragmentados y sus utopías sólo pueden habitar en el sueño. Sibelius es uno y es todos, es él mismo y nadie.

La pluma inteligente y poética de Alejandro Aldana se refleja en su narrativa directa, audaz y precisa; logra crear y recrear imágenes plásticas que el lector degusta fácilmente, remontando su imaginación a espacios sensitivos con una amplia gama de colores que representan rostros, lugares y acciones. Extiende el poema a la narración casi de manera imperceptible.

Rompe con lo establecido, causando pudor y éxtasis, ¿qué pasa en la mente de Ángel Sibelius cuando encuentra en su madre la figura erótica a poseer?; “Esa habitación contenía el universo. Se recostaban ella y él para jugar a la eternidad. Madre e hijo solamente se entendían en el juego, sin disfraces no eran ellos mismos. […] Ella con su mejor disfraz: su desnudez tendida sobre la alfombra persa”[2].

Autoría de fotografías: Rosa Vázquez Jiménez.

El también autor de importantes novelas como Donde nace la noche (1999), Nudo de serpientes (2007) y El niño de Pancho Villa (2020), se coloca la máscara para presentarle al lector lo que realmente es: erguida pluma onírica.

En el vaivén de provocar que sólo el arte puede soplar, Aldana Sellschoop apuntala sin vaina su posición en el mundo como creador y humano en constante deconstrucción:

 “al día siguiente comenzaron a morir los primeros habitantes del pueblo, de nada sirvieron los perfumes, ni las rosas blancas, ni ajos, ni el azafrán, nada pudo con la peste. Al morir el hombre más viejo nos dijo que estábamos condenados, pues la enfermedad nos había llegado por la fe”[3].

Sibelius Fractal es la fragmentación del tiempo en un vaivén onírico, donde los recuerdos en la memoria juegan a existir.

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[1] Aldana, Alejandro. Sibelius Fractal. 2021, p. 19.

[2] Íbidem, p. 15.

[3] Íbidem, p. 68.

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