El impacto social de la crisis provocada por el COVID-19 en América Latina

Por: Alan Pérez

El informe Panorama Social de América Latina 2021 de la CEPAL muestra que, la crisis social generada por la pandemia de COVID-19 continuó su marcha en 2021, a pesar de la reactivación económica que se suscitó a lo largo de la región latinoamericana en tal año; ya que las tasas de desocupación, los niveles de pobreza media y extrema y los grados de desigualdad fueron mayores que los existentes antes de la emergencia sanitaria[1].

Fuente: CEPAL.

De acuerdo con tal informe, la tasa de desocupación llegó a un 11.8% para las mujeres y a un 8.1% para los hombres en 2021; en comparación con el 12.1% para las primeras y con el 9.1% para los segundos en 2020[2]. Asimismo, la pobreza media y la extrema alcanzaron respectivamente el 32.1% y el 13.8% de la población total de América Latina en 2021, lo que implica una contracción de 0.9% en la primera y un incremento de 0.7% en la segunda en relación con el año anterior[3]. Por último, la desigualdad aumentó en la mayoría de los países latinoamericanos, puesto que el índice de Gini en 2020 fue en promedio un 2.9% más alto que el suscitado en 2019[4].

Fuente: Líderesmexicanos.

Por lo tanto, el Panorama Social de América Latina 2021 afirma que la emergencia sanitaria por COVID-19 del 2020, se convirtió en una crisis social prolongada en los años subsiguientes, ya que la recuperación de los principales indicadores económicos relacionados con el mercado de trabajo y la distribución del ingreso se llevará a cabo con un ritmo lento y pausado. Además, el informe indicado asevera que una de las salidas más viables a tal crisis es la construcción de unos “sistemas de protección social universales, integrales, sostenibles y resilientes”[5] para todas y todos, los que permitirán enfrentar los problemas estructurales del desempleo y la pobreza en la región, al mismo tiempo que se realizan esfuerzos por cerrar las brechas socioeconómicas entre los distintos segmentos de la sociedad, ya sea por razón del sexo, el género, la raza, la edad, etc.

En conclusión, este informe evidencia el impacto social de la crisis prolongada por COVID-19 en la región latinoamericana, en particular en los grupos sociales que fueron más golpeados por el retroceso en los índices de bienestar económico, a saber: las mujeres, los jóvenes y los niños, las comunidades indígenas, las personas sexodiversas, etc. De ahí que sea prioritaria la creación y profundización de programas sociales en pos de la protección socioeconómica de dichos segmentos de nuestras sociedades, entre los que destaca: la implementación de un ingreso básico de emergencia con miras a la introducción de un ingreso básico universal que se oriente a las necesidades específicas de cada una de las personas que habitan en los países de América Latina[6].


[1] Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Panorama Social de América Latina 2021, [en línea], 2022, p. 14.

[2] Ibídem, p. 219.

[3] Ibídem, p. 14.

[4] Ibídem, p. 51.

[5] Ibídem, p. 30.

[6] Ibídem, p. 31.


Lista de referencias

  1. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Panorama Social de América Latina 2021, [en línea], 1a edición, CEPAL-ONU, 2022, consultado en: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/47718/S2100655_es.pdf?sequence=1&isAllowed=y.

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