
Por: Eva Márquez
¿Otro libro acerca del Holocausto? Aunque en un principio uno podría preguntarse qué tiene de relevante un volumen más cuyo tema es la Alemania nazi, el título ya adelanta al lector que se concentrará en un aspecto poco popular como sujeto de análisis para este tipo de periodos históricos: el idioma.

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LTI: La lengua del Tercer Reich, Apuntes de un filólogo, es una obra que está a medio camino entre ser un diario personal con reflexiones de corte ensayístico y un análisis sobre vocabulario, gramática y sintaxis del alemán utilizado en dicha época. El autor, Viktor Klemperer (1881 -1960), filólogo judío, tuvo la suerte de estar casado con una mujer aria durante el Tercer Reich, ya que así pudo evitar la deportación casi automática a los campos de exterminio.
Sin embargo, con la llegada de Adolf Hitler al poder, no pasó mucho para que se viera obligado a dejar su quehacer académico como catedrático de la Universidad de Dresde. A pesar de ello, no perdió su perspectiva y formación filológica, incluso cuando tuvo que trabajar como obrero en una fábrica. Fue entonces que se propuso estudiar el uso del alemán durante el Tercer Reich, pues algunas expresiones y formas de discurso habían llamado su atención. El libro es el resultado de sus reflexiones, que escribía y guardaba celosamente, ya que un material de este tipo descubierto por la Gestapo hubiera sido suficiente para enviarlo a los campos de concentración, o condenarlo a muerte.
La introducción a la figura del autor es necesaria para entender la relevancia y creatividad de este libro, publicado después de la caída del régimen. Quizá alguien podría preguntarse: ¿cuál es el interés actual de un título que aborda el nazismo desde la perspectiva de un filólogo, en especial si tanto se ha dicho sobre el Holocausto?
Más allá del interés auténtico de quienes sienten curiosidad o morbo por este periodo histórico, o de quienes tengan cierta formación en el área de Filología y Lingüística, lo novedoso de leerlo recae en que postulados o reflexiones hechos en un momento de la historia que nos parece tan lejano (espacial y culturalmente) pueden aplicarse a nuestro contexto actual.
En 1984, George Orwell ya había insinuado que el lenguaje podía servir como un medio de control[1]. En Fahreinheit 451 también es notoria una idea similar[2]. Por su parte, en La lengua del Tercer Reich, Klemperer a través de 36 capítulos reflexiona distintos aspectos que como filólogo ha notado tanto en el alemán del régimen nazi. Los ejemplos expuestos pueden ser entendidos incluso por lectores no familiarizados con la lengua alemana[3].

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Hoy en día se abren debates constantes sobre el papel del idioma en diversos medios y plataformas, lo cual podría demostrar que entre los hablantes haya cierto aumento de la conciencia metalingüística, al igual que su reflexión.
Una parte esencial del idioma es su pertenencia a los hablantes, la capacidad de transformarse y enriquecerse a partir del uso que se le da: “[…]pues así como se suele hablar del rostro de una época o un país, la expresión de una época se define también por su lenguaje”[4], explica Klemperer. “Creo que en el futuro cuando se pronuncie la palabra <<campo de concentración>> se pensará en la Alemania de Hitler, única y exclusivamente […]”[5], ¿cómo una sola palabra es capaz de capturar años, ideas, hechos?, es parte de las reflexiones que se pueden obtener durante la lectura de este título.
La lengua se transforma o se adapta a la vida cotidiana, aparecen términos nuevos: sustantivos, adjetivos, verbos. Este proceso que puede ser muy lento, tiene temporadas en las cuales se acelera[6]. Recordando los ejemplos que la literatura distópica brinda, una figura de autoridad, en especial del tipo totalitario, podría hacer uso del lenguaje y acelerar su proceso de transformación, para que el reflejo de la época dentro del discurso oral y escrito sea acorde a los ideales que ostenta:“[…] unos cuantos individuos proporcionaban a la colectividad el modelo lingüístico para todos”[7], medios para este objetivo los hay tanto ayer como hoy, no se requiere una dictadura para ello.

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La lengua del Tercer Reich es una invitación a prestar oídos de filólogo, o al menos ser más atento con el uso del idioma al que estamos expuestos a diario. Si bien el libro se centra únicamente en el contexto nazi-alemán[8], es posible encontrar ideas que pueden asemejarse a nuestra realidad, o que nos ayudan a comprender aspectos sociales a partir del lenguaje, de sus metáforas y palabras favoritas, así como de la adición de nuevos términos, entre otros fenómenos más.
Por último, una reflexión con la cual se puede terminar es que, si en términos de poder actualmente se vive en democracias, ¿por qué el lenguaje que utilizan los políticos en sus discursos llega a recordar tanto a los regímenes totalitarios?
[1] Hay que recordar cómo se habla de las palabras que desaparecen o son sustituidas por otros términos, que al final reducen la posibilidad de percibir parte de la realidad dictatorial: “¿Adviertes que el propósito de la neolengua es acotar el alcance del pensamiento, disminuir el radio de acción de la mente?” (Orwell, George, 1984, 2020, p. 47).
[2] Si recordamos, los libros son prohibidos, y de ellos es suficiente conocer quién lo escribió y en qué año, no su contenido: “Los clásicos reducidos a una emisión radiofónica de quince minutos […] convertidos en diez o doce líneas en un diccionario […] esta ha sido la formación intelectual durante los últimos años […]” (Bradbury, Ray, Fahrenheit 451, 2005, pp. 64-65)
[3] Para disfrutar más el libro, recomendaría tener algunas bases del idioma, pero la excelente traducción hecha por Adan Kovacsis facilita bastante la lectura, ya que incluye tanto la palabra original en alemán, como su traducción al español, y donde lo considera indispensable se añade el contexto del término.
[4] Klemperer, Victor, LTI: La lengua del Tercer Reich, Apunte de un filólogo, 2020, p. 24
[5] Ibídem, p. 61
[6] La creación y aceptación de nuevas palabras o términos es mucho más rápida que en años anteriores, esto podría responder al uso del internet y redes sociales, ya que es más normal que la gente se adapte a ello en poco tiempo y su uso se extienda.
[7] Ibídem, p. 41
[8] No hay que olvidar que el autor es judío, y que su día a día en el Tercer Reich está condicionado por ello.
Lista de referencias
Bradbury, Ray, Fahrenheit 451, México, Random House Mondadori, 2005.
Klemperer, Viktor, LTI: La lengua del Tercer Reich, Apuntes de un filólogo, España, Editorial Minúscula, 2020.
Orwell, George, 1984, México, Ediciones Leyenda, 2008.
