Por: Carlos Palomares
Introducción
Desde su llegada a la alcaldía Cuauhtémoc, el 01 de octubre de 2021, la titular Sandra Cuevas, se ha visto envuelta en una serie de escándalos relacionados a su trabajo; incluso la han llevado ante el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México por agredir, junto con parte de su equipo, a dos elementos de la policía capitalina.
Si bien es cierto que hay algunas acciones de Cuevas que podrían catalogarse de más graves que otras, también lo es que no se requiere del ejercicio de la violencia física para demostrar una falta absoluta de empatía. Es por lo anterior que, en el presente fractal, me enfocaré en abordar el tema del borrado de los rótulos en puestos ambulantes.
Sobre la pinta de rótulos
En una declaración realizada casi al inicio de su administración, Cuevas señaló que a ella “no le gustan los pobres”[1] y, aunque buscó matizar tan desafortunado comentario, no pudo contener la crítica negativa que obtuvo por parte de la opinión pública, principalmente en redes sociales. Lo anterior fue el inicio de una serie de eventos desafortunados, donde incluso sugirió un proyecto que pretendía embellecer el corredor de la conocida zona rosa, con una fuerte inversión de dinero público.
Bajo estas ideas, la edil ha conducido su gestión, agregando que en la demarcación habrá orden y disciplina. Cuando se leen o escuchan estas afirmaciones, se podría pensar que la alcaldesa se refiere a que, durante su administración, centraría sus esfuerzos en la eficiencia, procurando seguridad pública, buen suministro de servicios públicos básicos o la implementación de políticas públicas eficaces en el ámbito de su competencia, sin embargo, esto no ha sucedido.
Es en este contexto que, durante el mes de abril de este año, una nueva noticia escandalosa generada por Sandra Cuevas ocupaba a la opinión pública: los rótulos de diversos puestos que ofrecían diferentes servicios habían sido borrados por una pintura blanca, y en su lugar se encontraba el logo de la actual administración de la alcaldía en tonos grises.
La crítica no se hizo esperar, ésta se enfocaba en que la alcaldesa impuso su forma de concebir la realidad sin una consulta previa a las personas locatarias o vecines de las colonias donde se ubican los puestos que, en su mayoría, venden alimentos y bebidas.[2] A raíz de esta controversial decisión, surgieron diversas historias: como el caso del rótulo de «El Taquito de David» que, según el realizador de la obra, el dibujo se hizo a petición de un niño que ayudaba a su madre en ese puesto y que lamentablemente el niño murió por Covid-19 y el rótulo quedó como un recuerdo sentimental[3]. Por lo que no solo se había borrado un rótulo, sino parte del recuerdo de una persona querida por su comunidad.
La manera de en la que la alcaldesa respondió a las críticas fue hacer una publicación en la red social Twitter en la que, nuevamente, emite comentarios desafortunados al señalar que las oportunidades laborales para una mujer de 56 años no existen, y que el local es su única fuente de trabajo, por lo que fue la misma mujer quien solicitó la pinta de su local y la colocación del escudo de la alcaldía.
Discusión
Más allá de lo falso que puede resultar la publicación, en donde una mujer solicita el apoyo directo de la alcaldía y que, además, la respuesta del órgano político fue casi inmediata. Lo que se puede notar es la necesidad de la alcaldesa por tratar de revertir los comentarios negativos que su decisión provocaron. La incomodidad en los rostros de ambas, el discurso forzado y la historia inverosímil, solo consiguieron que la situación se saliera aún más de control, generando mayor incredulidad e indignación en la población.
Cuevas se ha caracterizado por intentar dar una imagen de una mujer empoderada, que porta ropa de firmas reconocidas. En pocas palabras, la alcaldesa se ha esforzado por mostrar la imagen de una mujer “fina”. Esta ideología ha intentado trasladarla a las acciones administrativas de gobierno, sin embargo, esta forma de pensar le ha sesgado la visión respecto a las diferentes realidades que gobierna.
La alcaldía Cuauhtémoc tiene 33 colonias[4], en ellas conviven dos extremos de la realidad social capitalina, por un lado tenemos a la colonia Morelos, sitio que alberga dos barrios con antecedentes de segregación, estos son: “Tepito” y “Lagunilla”. En el otro opuesto, están colonias como: “Condesa” o “Roma”, que se ostentan como sitios de alta plusvalía y presumen de una buena calidad de vida.
Aunque resulta innegable que esta dualidad de realidades se presenta en todas las alcaldías, es necesario destacar que esta brecha resulta más notoria en la alcaldía Cuauhtémoc. La circunstancia anterior debería ser motivo suficiente para que la persona titular de la demarcación territorial tenga una visión que le permita ver y aceptar, por lo menos, esas dos realidades.
La implicación de lo anterior es que su visión no sea unitaria, es decir: al reconocer la existencia de múltiples formas de vida, debe comprender que las acciones de su gobierno no deben ser de unificar bajo una sola perspectiva, por el contrario, debe entender las necesidades de cada zona y enfocar sus esfuerzos en satisfacerlas.
Conclusión
El desatino de Sandra Cuevas quizá no radica en malas ideas o proyectos, pues sería arriesgado afirmar que la mejora en la vía pública está mal. El error radica en pensar que invertir dinero público o realizar gestiones administrativas por buscar la inversión privada con la finalidad de embellecer la vía pública, es la acción que la demarcación necesita para satisfacer las necesidades de una población tan diferente en cuanto a formas de vida y realidades.
La segregación social es un fenómeno que se hace presente en la mayoría de las sociedades, ésta se basa en la idea homogeneizada de un sector mayoritario de la población que pretende hacer única su forma de entender la realidad. La consecuencia de lo anterior es la desigualdad social, el rezago, la falta de oportunidades y el fomento de estereotipos que dañan el desarrollo sano de una sociedad.
La pinta de rótulos ejecutada por la administración de Sandra Cuevas, deja ver que, como sociedad, aún tenemos brechas de desigualdad que debemos acotar. Que la empatía no es un valor que se practique. Que el reconocimiento de la existencia de otras realidades opuestas a nuestra forma de ver la vida no existe y, quizá, lo verdaderamente preocupante, es que aún se puede ver a un sector de la población que coincide con la forma de pensar que representa Cuevas, una perspectiva que limita derechos, segrega y discrimina.
[1] Cuevas, Sandra, “Desayunando con los nuevos alcaldes de oposición con Alazraki y Lozano”, en Atypical Te Ve, 02 sep. 2021, 1:00:28-1:00:54.
[2]Cuevas ha mostrado su idea de que solo su visiòn es válida, ejemplifica lo anterior el hecho que la alcaldesa calificò de “hermoso” el mural del mercado Juárez que fue pintado de blanco y ordenò la reposiciòn del mismo. Véase: Redacción, “Yo no autoricé que borraran el mural del Mercado Juárez:
Sandra Cuevas”, en El financiero, (en línea), 25 may. 2022.
[3] Hernández, Byron, “¡Con los rótulos no! Así reaccionaron las redes a la ‘limpia’ en la Cuauhtémoc”, en El Sol de México, (en línea), 19 may. 2022.
[4] Alcaldía Cuauhtémoc, Diagnóstico Territorial, (en línea), 17 jun 2022.
Lista de referencias
Alcaldía Cuauhtémoc, Diagnóstico Territorial, (en línea), consultado en: Diagnóstico Territorial – Alcaldía Cuauhtémoc (alcaldiacuauhtemoc.mx), 17 jun 2022.
Cuevas, Sandra, “Desayunando con los nuevos alcaldes de oposición con Alazraki y Lozano”, en Atypical Te Ve, 02 sep. 2021, consultado en: https://www.youtube.com/watch?v=v7cWK_4TMdY.
Hernández, Byron, “¡Con los rótulos no! Así reaccionaron las redes a la ‘limpia’ en la Cuauhtémoc”, en El Sol de México, (en línea), 19 may. 2022, consultado en: https://www.elsoldemexico.com.mx/metropoli/cdmx/alcaldia-cuauhtemoc-borra-rotulos-en-puestos-y-las-redes-explotan-8307623.html#
Redacción, “Yo no autoricé que borraran el mural del Mercado Juárez: Sandra Cuevas”, en El financiero, (en línea), 25 may. 2022, consultado en: Yo no autoricé que borraran el mural del Mercado Juárez: Sandra Cuevas – El Financiero
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