Por: A. Laura Flores
La carrera espacial que dio inicio en los años 50 entre dos grandes potencias, Estados Unidos y La Unión Soviética (URSS), fue una serie de acontecimientos que marcaron la historia de la humanidad. Con eventos que generaron, en los espectadores y participantes de estos acontecimientos, un sentimiento de victoria, como eventos que dejaron una gran sensación de culpa, tristeza y preguntas como ¿será que estamos haciendo lo correcto?
Ambos bandos competían por ser los primeros en conquistar el espacio, ya que estaban en juego intereses económicos, pero también el prestigio de ser el primero en llegar; Los rusos llevaban la delantera con el lanzamiento del Sputnik I, el 4 de octubre de 1957, que fue el primer satélite puesto en el espacio[1]. Posteriormente, el 7 de noviembre del mismo año se cumplió el 40 aniversario de la Revolución Bolchevique y con este motivo en mente, los altos mandos encabezados por Nikita Jrushchov, solicitaron a Serguéi Koroliov y a las personas que conformaban el equipo del programa espacial, el lanzamiento en órbita del primer satélite tripulado de la historia[2].

Fue así como:
diversas especies de animales fueron candidatas para este ensayo en el que se enviaría un organismo viviente al espacio, así se inició la búsqueda donde reclutaron varios canes de las calles de la capital soviética, debido a que los científicos e investigadores creyeron que un perro que estuviera sometido normalmente a condiciones extremas soportaría con menor dificultad el experimento.
Los canes reclutados fueron sometidos a una variedad de pruebas y requisitos como: capacidad de sobrevivencia, pelo lizo para la sencilla colocación de sensores, peso máximo de siete kilos, confinamiento por varios días en cápsulas con espacios cada vez más reducidos, simulación centrífuga, permanecer en máquinas que simulaban los sonidos de un lanzamiento espacial y alimentación mediante pastas nutritivas. Sin embargo, todas estas pruebas deterioraron la salud de los candidatos, a tal grado que su ritmo cardíaco aumentó y no les era posible orinar ni defecar[4].

Tras el extenso entrenamiento fueron seleccionadas tres perritas que los soviéticos llamaron Mushka, Albina y Kudryavka, (Kudryavka mejor conocida como Laika). No obstante, la mejor candidata para abordar el Sputnik II fue Laika, por sus características y carácter tranquilo; días antes del lanzamiento, el Dr. Vladímir Yazdovsky, encargado de dirigir el entrenamiento espacial de los canes, llevó a su casa a Laika para que jugara con sus hijos.
Finalmente, en la tarde del 3 de noviembre (hora de Moscú), el Sputnik II fue lanzado desde el cosmódromo de Baikonur, en el actual Kazajistán. El objetivo de la misión era recoger datos sobre las constantes vitales de Laika para observar la reacción de un organismo vivo en una misión espacial[5].
Después de dicho acontecimiento se creyó que Laika falleció sin dolor, tras una semana en órbita, debido a que el oxígeno se agotó, pero esto estaba muy alejado de la realidad.
La Agencia Espacial Soviética indicó que Laika regresaría a la Tierra en paracaídas, información falsa, puesto que dicha cápsula no tenía un módulo de retorno, así que se planeó la eutanasia de Laika suministrándole alimento envenenado. Fue así que pasaron más de 40 años para que se diera a conocer la verdad al mundo, en 2002. Dimitri Maláshenco confesó que Laika había sobrevivido durante unas 5 o 7 horas; pero no fue el alimento adulterado lo que acabó con la vida de Laika, fue el estrés y el sobrecalentamiento de la cabina que alcanzó los 40°C.[6]
Tras la trágica muerte de Laika, el Sputnik II continúo orbitando el planeta tierra durante cinco meses y medio, hasta que el 14 de abril de 1958, con los restos de Laika, explotó tras entrar en contacto con la atmósfera; dicho acontecimiento conmovió a personas de diversos países, generando marchas y movimientos que hacían alusión a los derechos de los animales.

Sin duda, Laika pasó de ser una perrita callejera que batallaba día a día para mantenerse con vida, alimentada y a salvo, a ser un ícono a nivel mundial. Dejando no solo una aportación a los avances tecnológicos de la época, también un gran mensaje de empatía, pues diversas personas han mostrado la melancolía del acontecimiento en una variedad de homenajes, desde canciones, esculturas, escritura, monumentos, estampillas postales, etc. Inmortalizando así a Laika[7].
Si bien es cierto que a lo largo de la historia la experimentación en animales se ha llegado a considerar algo “normal o necesario”. Con la finalidad de obtener los objetivos o resultados deseados de las investigaciones, es indispensable que nos detengamos a reflexionar hasta qué punto, como humanidad, estamos dispuestos a sacrificar no solo a seres vivos con tal de avanzar, en ámbitos científicos, médicos o cosméticos, por mencionar algunos ejemplos en donde comúnmente se experimenta con conejos. Debemos considerar realmente si vale la pena todo el sacrificio de flora y fauna, con tal de seguir manteniendo un estilo de vida y alto consumismo, porque seamos honestos, la experimentación no sólo es académica, también se realiza en busca de objetivos económicos; que en un futuro no muy lejano nos cobrará factura. En lo personal esta reflexión se debe hacer por temor a que podría pasarnos si seguimos así, más bien se debe de hacer por el respeto y equilibrio que debe de existir entre nosotros con la naturaleza, pues no somos únicos en este planeta.
[1] Cárdenas, Carlos, “La seguridad en la carrera espacial”, [En línea], en Revista general de marina, 2020.
[2] Romano, Sergio, “La vida de Laika – Perritos famosos de la historia” en Perritos Haciendo Cultura (YouTube), 16 ene. 2019.
[3] Cortés, Laura, “Historia Espacial: Recuento histórico de su evolución y desarrollo”, en Revista de derecho, comunicaciones y nuevas tecnologías, [en línea], dic 2014.
[4] “La triste historia de Laika: El primer ser vivo en el espacio” en Oxitocina Magazine (YouTube), 7 abril, 2022
[5] Historia National Geographic, “El primer vuelo espacial tripulado Laika, la perra astronauta que viajó al espacio exterior”,[en línea], 04 Ago, 2022
[6] Idem.
[7] Gonzales, Francisca, “El no lugar de la realidad”, en Universidad Finis Terrae Facultad De Arte Escuela De Artes Visuales, [en línea], 2014
Lista de referencias:
Cárdenas, Carlos, “La seguridad en la carrera espacial”, [En línea], en Revista general de marina, 2020, https://armada.defensa.gob.es/archivo/rgm/2020/11/rgmnov2020Cap2.pdf
Cortés, Laura, “Historia Espacial: Recuento histórico de su evolución y desarrollo”, en Revista de derecho, comunicaciones y nuevas tecnologías, [en línea], dic 2014, https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7496880
Gonzales, Francisca, “El no lugar de la realidad”, en Universidad Finis Terrae Facultad de Arte, Escuela De Artes Visuales, [en línea], 2014, https://repositorio.uft.cl/xmlui/bitstream/handle/20.500.12254/96/FRANCISCA%20GONZALEZ%20VELA.pdf?sequence=1
Historia National Geographic, El primer vuelo espacial tripulado Laika, la perra astronauta que viajó al espacio exterior, [en línea], consultado en https://historia.nationalgeographic.com.es/a/laika-perra-que-llego-cielo_15813?utm_source=onesignal&utm_medium=push&utm_campaign=trafico 04 ago, 2022.
Romano, Sergio, “La vida de Laika – Perritos famosos de la historia” en Perritos Haciendo Cultura (YouTube), 16 ene. 2019, consultado en https://youtu.be/bO7hBHTbPuA “La triste historia de Laika: El primer ser vivo en el espacio” en Oxitocina Magazine (YouTube), 7 abril, 2022, consultado en https://www.youtube.com/watch?v=NqZFrZnt4lE
