La Nueva Escuela Mexicana: maestros a la carga

Por: Fabrizio Pascacio

A lo largo de nuestro país, la Nueva Escuela Mexicana (NEM), ha dado sus primeros pasos en los distintos contextos históricos sociales de México, como se anunció anteriormente, por la Secretaría de Educación Pública (SEP), esto como uno de los proyectos principales que impulsar en la Nación por la denominada Cuarta Transformaciónencabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La NEM, cuenta con diversos principios rectores que buscan ser una realidad concreta y objetiva en nuestro país, entre los que se destaca el derecho a la educación para todas y todos los mexicanos, como lo marca la constitución política de México, así como diversos objetivos que son: “la inclusión desde una perspectiva de género, la formación ciudadana, la creación de una cultura de paz, mejorar la actividad física, impulsar el arte, la música y la tecnología”.[1]

Es así que el proyecto para la educación básica, cuenta con siete ejes rectores que deberán llevarse a cabo en la nueva instrucción hacia las y los estudiantes como en el intercambio de conocimientos también entre los docentes: 1) Inclusión, 2) Pensamiento crítico, 3) Interculturalidad crítica, 4) Igualdad de género, 5) Vida saludable, 6) Apropiación de las culturas a través de la lectura y escritura y 7) Artes y experiencias estéticas, en sus distintos campos formativos.[2]

Ante este nuevo planteamiento que busca impulsarse en cada uno de los espacios educativos de México, se vislumbra una ardua y titánica labor que, se precisa decir, deviene de una necesidad histórica que tenemos como pueblo de México: la democratización de la educación. Decir esto, implica cuestionarnos los alcances y las limitantes de nuestro quehacer educativo como docentes y reconocer las condiciones sociales, culturales, políticas y económicas en las que se encuentran nuestros territorios a los cuales hemos de dirigir nuestro trabajo. Esto requiere de un talante investigativo crítico del docente, del sitio en el que se encuentra situado, del reconocimiento de sí mismo y los Otros, anclado a las necesidades comunitarias de la gente, de la escucha y la comprensión de los pobladores, de una entrega audaz de la noble profesión de la enseñanza.

Coincidimos con Mariátegui, quien mencionaba que “No es posible democratizar la enseñanza de un país, sin democratizar su economía y sin democratizar, por ende, su superestructura política”.[3] Precisamente, uno de los principales conflictos para ejecutar la NEM, se encuentra en el más importante principio ético de la economía política que muchos de nosotros docentes no reconocemos, que es la necesidad de poder afirmar la vida[4] de todas y todos, en otras palabras, que todas las personas podamos vivir dignamente. Muchos de nosotros, no somos conscientes de que es necesario y urgente ante este sistema económico político de muerte[5], contribuir a pensar otros caminos que nos permitan existir fuera de las lógicas productuales capitalistas[6], no como privilegio, sino como un derecho desde que nacemos. Dichos principios rectores de la nueva educación, tienen fundamentos epistemológicos del Sur que nos dan luces para repensar la existencia a lo largo de América Latina y el resto del mundo, como el “Buen vivir” (Sumak Kawsay en Quéchua o Lekil KuxLejal en tsotsil) o el derecho a tener una “vida sabrosa” como mencionan los pueblos afrocolombianos.

Como docentes (y seres humanos) es imprescindible saber que conservar y afirmar la vida, implica tener nuestras más vitales necesidades como los alimentos del diario, la casa que habitamos, lo que usamos como vestido, nuestros ecosistemas y medios naturales, aspectos que influyen corporal y mentalmente, en nuestros procesos cognitivos y biológicos. Sin embargo, para reproducir también nuestra existencia, requerimos afirmarnos, en los elementos más complejos que devienen eminentemente de nuestra cultura, como la familia, la conservación de lo que somos nosotros y el Otro (identitariamente), la certeza del territorio en que vivimos (barrio, comunidad, ranchería, ciudad, país) y pertenecemos.

Son éstos, nuestros conocimientos y filosofías que por largas generaciones conservan nuestra memoria, nuestra lengua, nuestros cantos y sonoridades, aquellos usos rituales que son imperecederos en el México contemporáneo.

Lo anteriormente mencionado, puede resultar obvio, o no, a ustedes lectores. Los objetivos de construir nuevas relaciones (más horizontales y justas), así como recuperar los conocimientos de nuestros pueblos, retomado en la nueva educación, no son ajenos a los diversos movimientos populares históricos de México que buscaron alcanzar mejores condiciones para vivir, han sido una necesidad real.

Miles de personas sucumbieron en el intento de promover una concientización crítica de que las condiciones de vida, en sus contextos, eran paupérrimas, padecieron la persecución política de toda la maquinaria del Estado y otras más, alcanzaron y heredaron derechos que hoy muchos de nosotros tenemos. Ejemplos, como el asesinato de Ometochtlin el primer joven mexica que organizó una rebelión contra la corona Española en el siglo XVI[7], la rebelión frustrada por tropas realistas en 1712 en Chiapas, los ilustrados novohispanos del 1800 perseguidos por la Nueva España, (posteriores independentistas). Durante el siglo XX, los zapatistas, villistas magonistas detenidos y muertos en la Revolución Mexicana, los Normalistas y el intento del Estado por desaparecerlas, los estudiantes asesinados y la oleada de la Revolución cultural en 1968, el EZLN en 1994, los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa 2014, en otros tantos más.

Algunos de estos movimientos, por sus necesidades, se vieron, hasta cierto punto, en su crítica, orillados a empuñar las armas para hacer frente a las imposiciones de quiénes desde las esferas de poder han defendido el mismo estado de las cosas, es decir, para éstos últimos, esos movimientos fueron o estuvieron accionando siempre desde el marco de la ilegalidad.

Por ello, con toda la argucia creativa e imaginativa para evadir las persecuciones o hacer frente ideológico y físico (en la guerra), innovaron sus estrategias de acción. No podemos dejar de lado la invención de lenguajes de los pueblos afromexicanos, como la jerigonsa (o jerigonse) para no ser entendidos por los capataces de las haciendas[8], la resignificación de imágenes religiosas como la Virgen de Guadalupe[9]; “las tertulias literarias” que Hidalgo y sus amigos hicieron para pasar desapercibidos ante el ejército realista en la guerra; los revolucionarios mexicanos zapatistas carentes de armas para hacer frente al ejército de la dictadura porfirista, crearon sus bombas caseras con cuero seco de res, pólvora, piedras[10], entre otros ejemplos bastos que pueden considerarse.

Todo lo anterior, resulta en nuestro amplio espectro cultural actual. Sin embargo, a diferencia de aquellos siglos y décadas, hoy no tenemos que ocultarnos, hoy, en el siglo XXI, con este proyecto podemos afirmar, que tenemos un marco legítimo y legal (común), desde el cual, podemos enunciar nuestras realidades de forma necesariamente crítica, con nuestra palabra. No dogmática, ni ortodoxa, pues no es legalizar a nivel institucional, como dicen los detractores de la NEM que:

A los niños se les quiere enseñar a rechazar y avergonzarse del racionalismo occidental y meterles en la cabeza profundidades filosóficas postmodernistas como lo es la “deconstrucción”, que no comprenden ni los profesores ni mucho menos serán capaces de enseñarlo. Resentimiento en lugar de educación.[11]

Una deuda histórica con la reivindicación latinoamericana de los conocimientos emanados desde nuestros campos filosóficos y científicos, semejantes. Es abrir el campo educativo al reconocimiento del ¿quiénes somos? Y ¿Hacia dónde vamos?

En una cierta generalidad, requerimos, docentes, ese carácter constitutivo con nosotros, transformarnos y saber qué es lo que no sabemos, pues necesitamos indagar, preguntar e investigar, partiendo de lo que sabemos que no sabemos.[12] Urge la tendencia imaginativa de reinventarse como sujetos, pues, la infancia (con quienes trabajamos) no es sólo una etapa en tiempo cronológico, sino una forma de habitar y experimentar el tiempo.[13] Aquí que la educación no es solamente, en el más sentido estricto, la formación de un sujeto neto con herramientas, aptitudes y actitudes, que parecen fórmulas recetadas de cómo trabajar en fábricas como “producto educado”, sino una fuerza inventora de sí mismo, que apueste a que el mundo siga naciendo.

Por esto, no me centro en abordar que “sí es” o “no es” la NEM, como aquellos medios que sin ser aún aplicada expresan cosas como:

será imposible poner en funcionamiento este plan de estudio, no sólo porque parece ser un proyecto utópico (que busca formar a un nuevo ser humano) y porque se requería cambiar la mentalidad y prácticas pedagógicas de todos los docentes del país; sino porque, además, no toma en cuenta que estamos en medio de una crisis educativa profunda que ha mermado severamente la matrícula, la infraestructura y equipamiento escolar, así como los aprendizajes de los estudiantes. Cambiar el plan de estudios en este momento es similar a pretender cambiar primero el motor (en funcionamiento) de un trasatlántico, en medio de una tormenta que le ha hecho tres grandes boquetes a su casco.[14]

Empero, no mencionan que esa merma en la educación, está intrínsecamente ligada al mantenimiento de las mismas relaciones de producción desiguales por largas décadas en nuestro país. Por esto, en México, hoy el intento de democratización de la economía ha procurado brindar otras posibilidades (en distintos ámbitos salariales, de trabajo, programas sociales, becas, apoyos a personas vulnerables, adquisitivos, entre otros), sin embargo, 54-56 millones de pobres en México, agravados por la pandemia del COVID-19, siguen siendo un problema alarmante que resolver en nuestro presente. Para finalizar, no me detengo aquí a dar recetas (mucho menos) del cómo vamos a ejecutar este proyecto tan amplio, pues eso tenemos que responderlo consecuentemente nosotros mismos, estamos en el frente, nuestro pueblo (como mencionaba Mariátegui) está cumpliendo conscientemente su proceso histórico, es pues “la reorganización de la enseñanza que tiene que estar dirigida por sus propios hombres [y mujeres]” de nuestro México, maestros a la carga.[15]


[1] Secretaría de Educación Pública, “Parte II: Estructura curricular del Plan de Estudio” en Plan de Estudios de la Educación Básica 2022 [en línea], 2022.

[2] Íbidem, pp. 102-138

[3] Mariátegui, José Carlos, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, 2007, p. 106

[4] Dussel, Enrique, “16 tesis de Economía Política por Enrique Dussel – 1° Tesis” en OtroMundoSiesPosible (vídeo), 25 jun. 2014, 1:42:00-1:54:00

[5] Íbidem, 1:42:00-1:54:00. O Véase más en: Ackerman, John, “Diálogos por la democracia con John Ackerman y Ramón Grosfoguel” en TV UNAM (vídeo), 18 sep. 2022.

[6] Dussel, Enrique, 16 tesis de Economía Política. Interpretaciones filosóficas, 2014p. 29

[7] Dussel, Enrique, “Las espirales categoriales constitutivas de la economía política” en Carlos Ometochtlin (vídeo), 7 mar. 2018, 8:43-9:37.

[8] Veáse: Ramos Martínez, Baltasar, El Negro en la cosmovisión maya Mito-Historias con presencia africana, 1ra edición, PACMYC, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México, 2008.

[9] Veáse: Taibo II, Paco Ignacio. El cura Hidalgo y sus amigos, 1ra. Edición, Para leer en Libertad A. C., México.

[10] Pineda Gómez, Francisco, La irrupción zapatista. 1911, 2014, p. 56

[11] Sánchez Islas, Nestor Y., “Opinión. Nueva Escuela Mexicana” en Zona Roja Oaxaca, [en línea], 6 sep. 2022.

[12] Kohan, Walter, “Volver a Paulo Freire, hoy más que nunca” en CEDALC Educación (vídeo), 10 jul. 2019, 23:09-25:01

[13] Íbidem, 51:08-53:02

[14] Backhoff Escudero, Eduardo, “El ABC de la Nueva Escuela Mexicana” en El Universal,[en línea], 29 ago. 2022

[15] Mariátegui, José Carlos, op. Cit., p. 106


Referencias:

Ackerman, John, “Diálogos por la democracia con John Ackerman y Ramón Grosfoguel” en TV UNAM (vídeo), 18 sep. 2022.

Backhoff Escudero, Eduardo, “El ABC de la Nueva Escuela Mexicana” en El Universal,[en línea], 29 ago. 2022, consultado en: https://www.eluniversal.com.mx/opinion/eduardo-backhoff-escudero/el-abc-de-la-nueva-escuela-mexicana

Dussel, Enrique, “16 tesis de Economía Política por Enrique Dussel – 1° Tesis” en OtroMundoSiesPosible (vídeo), 25 jun. 2014, consultado en: https://www.youtube.com/watch?v=GT29epGEikU

Dussel, Enrique, “Las espirales categoriales constitutivas de la economía política” en Carlos Ometochtlin (vídeo), 7 mar. 2018, consultado en: https://www.youtube.com/watch?v=HORRt2cuVv4&t=3080s

Dussel, Enrique, 16 tesis de Economía Política. Interpretación filosófica, 1ra. Edición, Siglo XXI, México, 2014.

Kohan, Walter, “Volver a Paulo Freire, hoy más que nunca” en CEDALC Educación (vídeo), 10 jul. 2019, consultado en: https://www.youtube.com/watch?v=IHPQvP4ps78

Mariátegui, José Carlos, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, 1ra Edición, ERA, México, 2007.

Pineda Gómez, Francisco, La irrupción zapatista. 1911, 1ra. Edición, ERA, México, 2014.

Ramos Martínez, Baltasar, El Negro en la cosmovisión maya Mito-Historias con presencia africana, 1ra edición, PACMYC, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México, 2008.

Sánchez Islas, Nestor Y., “Opinión. Nueva Escuela Mexicana” en Zona Roja Oaxaca, [en línea], 6 sep. 2022, consultado en: http://www.zonaroja.com.mx/?p=45507#:~:text=A%20los%20ni%C3%B1os%20se%20les,Resentimiento%20en%20lugar%20de%20educaci%C3%B3n.

Secretaría de Educación Pública, “Parte II: Estructura curricular del Plan de Estudio” en Plan de Estudios de la Educación Básica 2022 [en línea], 2022, consultado en: https://drive.google.com/file/d/1EpLpsWWUfq7eDXNfej66knMREJd2nkvX/view

Taibo II, Paco Ignacio. El cura Hidalgo y sus amigos, 1ra. Edición, Para leer en Libertad A. C., México.

Deja un comentario