Por. Rosy Vázquez
Tras el desarrollo histórico que ha tenido el ser humano a lo largo de su existencia, pareciera que tuviera el control de todo a su alcance y es que su perfeccionamiento cognitivo le ha dado la posibilidad de crear cuanta idea ha tenido en la mente. Por mucho que no se hubiera imaginado la posibilidad del viaje a la luna, la creación de una bomba atómica, la posible cura para anomalías congénitas e incluso el depósito efímero que tienen nuestros datos respaldados en lo que hoy conocemos como la nube, esto es hoy una realidad gracias al ingenio y alcance de la humanidad.
El ser humano ha jugado a saberlo todo, a crear atmósferas científicas, tecnológicas, culturales con progresos positivos que celebra y continúa indagando, no obstante, el exceso de sapiencia le ha convertido en ocasiones en un agente inconsciente de su medio natural y social, despojándose de su sensibilidad y transgrediendo al entorno y lo que se encuentre en él. Prueba de ello, es la crisis mundial que se vivió a causa del Covid 19, pandemia que ha venido a trastocar los bolsillos, la relación con los otros/as, la forma de trabajo y educación, las prácticas de sanidad cotidianas y la mente que no ha dejado de sentir los apaleos rutinarios tras haber escuchado días tras día las ruedas de prensa nacionales, los telediarios o el recuerdo de lo que estaríamos haciendo y no fue posible.

Así, como en todos los rincones del planeta tierra, en Chiapas comenzamos a quedarnos en casa, a adaptarnos al confinamiento, que según el Diccionario de la Real Academia Española refiere confinar como recluir algo o alguien dentro de límites, señalándole una residencia obligatoria. Es entonces que el/la creador/a en cualquiera de sus artes o disciplinas intenta adaptarse a otra rutina de vida, si bien, para algunos no fue un cambio radical, para otros/as comenzó a ser una incertidumbre maquillada de obligación social.
Para una muestra aleatoria de 7 poetas chiapanecos/as provenientes de diversos municipios del estado, la mayoría expresó que la oportunidad de crear estuvo presente todo el tiempo, así pandemia, terremoto o huracán lleguen a su vera. Apremió el sentirse libres pese al encierro, pues comentan que la pluma fluyó y buscó su propio cielo. Sin embargo, otras/as afirmaron que fue complicado el encontrar sosiego dentro del confinamiento, no sólo por lo que sucedió dentro del espacio de la casa, sino por lo que pasaba afuera de la misma.
Ruperta Bautista, poeta tsotsil originaria del municipio de Huixtán, reflexionaba que, pese al poderío y control de las potencias capitalistas, éstas no han podido contrarrestar el impacto que el Covid 19 ha causado en el mundo, “tenemos que voltear a ver que no necesitamos al capitalismo, ni a los Estados que son manejados por grandes capitales para controlar al pueblo”.[1]
Y es que el/al poeta es también un ser crítico y sensible del entorno que le trastoca y en poemas o no, expresa su inquietud por lo que ve, escucha y siente. Sería imposible que a través de los dispositivos móviles o del comentario de los/as vecinos no le desordenara el pecho y le provocara compartirlo en forma de líneas y puntos genuinamente colocados, que son resultado del proceso creativo.

En el proceso creativo se distinguen cinco fases: Percepción del mundo exterior y documentación, Selección e incubación del problema, Iluminación, Verificación y Difusión y Socialización. La primera fase consiste en todo lo que el poeta percibe de su exterior e interior, su idea del mundo, de la vida y de él mismo, así como la documentación previa. La segunda etapa tiene que ver con la idea y cómo se irá conformando el poema u obra. La tercera etapa versa se refiere a la consciencia relajada y descubrimiento o despliegue artístico. La cuarta fase se trata de la revisión de lo hecho, donde la autocrítica juega un papel importante. Finalmente, en la fase 5 se comparte la creación con otros y se espera un comentario enriquecedor.[2]
Aunque el proceso creativo no se realiza de manera estricta en cuanto a sus pasos se trata, es bien sabido por los/as creadores que hay una etapa de documentación, es decir que tiene que ver con el aprendizaje previo que incluye experiencias, la idea de lo que se quiere crear, el momento de despliegue artístico o escritura, la revisión de lo hecho y la legitimación y el compartir con el otro/a.
En el proceso creativo están inscritos una serie de elementos que le constituyen, tales como la inteligencia, el sentir, la técnica, el genio, el conocimiento, pero también lo está la disciplina, la educación y el ser autodidacta.
La creatividad es un aspecto fundamental en el proceso creativo. Psicólogos, educadores, filósofos, entre otros la han visto como una habilidad, cualidad, actitud, capacidad, hasta un proceso y producto. Dichas concepciones están asociadas a la formación de ideas, expresión del pensamiento, sensibilidad al entorno e innovación valiosa que no siguen pasos estrictos.[3]
La creatividad es un proceso mental complejo, que comprende experiencias, originalidad, actitudes, entre otros elementos para lograr una producción o propuesta diferente a lo que ya existía. En este sentido, el poeta hace una búsqueda desde lo que le compone: su historia de vida, su formación social, su educación, su carácter, su imagen en el mundo y lo que ha experimentado: desde un olor o textura, hasta la recreación del recuerdo y el añoro.[4]
Los procesos creativos sufrieron algunos cambios para los/as poetas chiapanecos. El entorno del encierro jugó un papel sumamente importante en la impresión de la vida. Estar rodeados/as por automóviles y semáforos, montañas y maderas, cohabitar con grillos y murciélagos, sentir el calor, la humedad o el frío calador da una serie de matices para resistir el confinamiento. Juany Peñate, poeta chol escribe: “una espuma blanca corría por la comisura de tus labios, la mujer de enagua azul acaricia tu rostro deformado, ella enjuaga su llanto caído con la blusa bordada de silencio”.[5]
El poema puede surgir de un sueño, de una voz tiritando en la esquina de la habitación, del recuerdo contado por un desconocido o de cualquier cosa que el poeta vea, cree o imagine. Pero siempre estará esa fuerza que le empuje a darle vida o muerte a su creación, según sea el caso. La/el poeta es un tejedor/a de palabras que en el camino va entrelazando el vocabulario, la musicalidad, la estructura que no sólo responden a su conocimiento sino al hondo de su ser.

Si bien es cierto que el impulso de la escritura borbotea constante en el pecho del poeta, hay creadoras/es que expresan la dificultad que tuvieron de escribir, pues consideran que el ser humano es también, un ser de rutina. La poeta chiapaneca Matza Maranto, originaria de Ocozocoautla de Espinoza, reflexiona que “estar en casa se ha vuelto más pesado durante el confinamiento”.[6] Es importante recalcar que el/la poeta, es un ciudadano que cumple con otras actividades laborales a distancia, familiares en casa y a eso sumarle el sentir pandémico.
Los/as poetas, también, han dedicado fragmentos de su tiempo a leer e investigar, parte fundamental del proceso creativo que culmina en trozos de palabras que crean un mundo desde la óptica del autor. Hay quienes exploraron otros enfoques, como Antonio Guzmán poeta tseltal oriundo de Tenejapa, quien durante el tiempo de confinamiento escribió poemas para niños/as: “cuando la semilla de maíz no estaba en la tierra, jugaba en el cielo a encender su luz”.[7]
Los estados emocionales juegan un papel fundamental en la escritura, pues son la sustancia que, al presentarse con conocimiento de técnica y personalidad poética le dan un toque peculiar al arte del creador. El poeta Eduardo Hidalgo originario de Huixtla, dice: “a dios le molesta mi manera diablar”.[8]
Así como es de diverso y peculiar el proceso creativo, así también lo fue el desarrollar sus escritos durante la pandemia y es que para el poeta toda posibilidad de cambio mínimo en el entorno pasa como una ola en su creación, a veces moja, a veces sombra, a veces caza y casa se vuelve el espacio al que se adaptan.
El discurso del poeta en pandemia brinca de un lado a otro del caleidoscopio, desde dialogar consigo mismo o con la piedra, hasta escribir la pérdida, la sinrazón o los seres fantásticos que les habitan. De Santana García, poeta nacido en Tuxtla Gutiérrez: “esta noche no es más noche que aquella en que Vallejo descubrió el abandono de Dios”.[9]
El encierro o confinamiento, nos lleva a pensar en automático en el espacio. El espacio como el lugar tangible de creación, aquel que tiene los utensilios, muebles o tecnologías según sea el caso de la elección del creador: lápiz o lapicero, cuaderno, hojas blancas o recicladas, mesa, computadora o block de notas en el teléfono celular, silla, un par de piernas o el suelo mismo de su casa. Si el creador goza de un balcón, patio, jardín o pasillo, puede que más de un integrante de su familia le haya cachado y dicho: vos que hacés ahí todo como ido, apúrate que ya vamos a comer.
El espacio es un cruzamiento de movilidades que carece de un sitio propio, es decir que el espacio es un lugar practicado. Lo que se mueve en el espacio es justo lo que da vida al mismo, dotándolo de sentido para quien se apropia. El lugar por su parte tendrá un orden, una lógica de existencia y estabilidad.[10]
El/la escritor/a vive rodeado de lugares, el propio para lavar su cuerpo, para realizar la comida, para convivir con los otros y para reposar tras una larga jornada. Es así que el/la poeta busca en lugares dados hacer su propio espacio y romper quizás, con el objetivo del sitio. Al final de todo, el poeta rompe hasta con el lenguaje.
Hay quienes disfrutaron escribir los versos más tristes a la luz del amanecer o crear la historia de un marinero alrededor de un cúmulo de libros apilados. Otros/as pedían que ni la pluma de una codorniz les distraiga la concentración y mandan a callar con sus pensamientos a la fiesta del vecino que no entendía que el Covid 19 era real y que ayer murió la señora de la esquina.
Sin embargo, el espacio no solo es lo tangible de la vida, sino lo que no se nombra y hace que sea idóneo para crear, que incluso no tenga las condiciones, pues, además la poesía surge en cualquier combi, escalera o funeral. El arte va a buscar su salida a como dé lugar, sin lugar, o con uno creado en la imaginación. La apropiación del espacio o micro territorio del poeta es una realidad existente mucho antes de la contingencia, que sobre todo es subjetiva y responde al mundo del escritor/a, que a veces es su contexto inmediato.
Fragmento del poema El pan putrefacto en la mesa de la poeta Maricela Díaz Entzin: “no lo desees para deleitarte sólo a deshoras de la noche, su textura endurecida te arrancará uno por uno los dientes, y al iniciar el día, tus palabras no tendrán fluidez para advertir que el pan olvidado y putrefacto desmorona a quien lo toma”.[11]
Si bien es cierto que el encierro pareciera un demonio con forma de sábana negra que va quitando la visión cada día, el quehacer de los/as poetas en pandemia ha consistido en la búsqueda de respuestas con que desafiar a ese ser envolvente.
Hay quienes aprovecharon las posibilidades tecnológicas y entablaron nexos con colegas escritores, compartiendo en redes sociales videos de lecturas poéticas, tal como lo hizo Luis Enrike Moscoso, poeta originario de Villaflores: “no hay cuerpo. La carne es una idea en la mente de las mariposas, el brillo de su seda depende de otras dimensiones más volátiles. Un gusano que se entierra empieza a recordar su próxima existencia”.[12]
El proceso creativo conlleva una serie de acciones, es importante decir que estas se hacen de forma cíclico y no línea, es decir que el poeta puede ir y regresar, y que esa movilidad dentro del proceso creativo le permite explorar y redescubrir momentos de lucidez, de corrección de textos y documentación faltante. El proceso creativo se vive en libertad y el/la poeta nombra a través de un poema su visión oculta de las simples cosas. El/la poeta regresa a lo cotidiano, se vuelve gota en el pavimento o juega a ser monstruo que toma una taza con café.
El/la creador/a se parte y comparte en las páginas de su paisaje. Con o sin confinamiento rompe las cadenas que amarran su expansión para buscarse en sí mismo, o en los otros. El aislamiento ha sido una oportunidad desgarradora para los/as poetas, que se han permitido conocerse y/o escudriñarse más, de leer otras voces, de nutrirse con otras artes y reconocer la finitud de su ser, que seguro, seguirán explorando.
[1] Bautista, Ruperta. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020; Bautista, Ruperta. Vozal 5. Sopa de Caracol. [En línea]. 2021. Consultado en: https://issuu.com/revistavozal/docs/vozal-5-hojas_1_?fbclid=IwAR3Jwsp-O68KZ5GIbBNl9qqlT_d7e9ha5QTImLwZStkttjqDO2iR8FDPVqw
[2] Baños, M., Métodos heurísticos y creación publicitaria, 1999.
[3] Esquivias, María, Creatividad: definiciones, antecedentes y aportaciones, 2004.
[4] Ibídem
[5] Peñate, Juana Karen. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
[6] Maranto Zepeda, Matza. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
[7] Guzmán, Antonio. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
[8] Hidalgo, Eduardo. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
[9] García, Santana. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
[10] De Certeau, Michel, La invención de lo cotidiano 1 Artes de hacer, 1996.
[11] Díaz Entzin, Maricela. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
[12] Moscoso, Luis Enrike. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
Referencias consultadas
Bautista, Ruperta. Vozal 5, Sopa de Caracol, 2021, [en línea], consultado en: https://issuu.com/revistavozal/docs/vozal-5-hojas_1_?fbclid=IwAR3Jwsp-O68KZ5GIbBNl9qqlT_d7e9ha5QTImLwZStkttjqDO2iR8FDPVqw
Bautista, Ruperta. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
De Certeau, Michel. La invención de lo cotidiano 1 Artes de hacer, Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. 1996.
Diccionario de la Lengua Española, 2001, [en línea], consultado en: https://www.rae.es/drae2001/confinar
Díaz Entzin, Maricela. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
Diccionario de la Real Academia Española, 2019. Consultado el miércoles 27 de mayo de 2020, a las 19:30 horas, en: https://dle.rae.es/
Esquivias, María. Creatividad: definiciones, antecedentes y aportaciones. Revista Digital Universitaria, Ciudad de México. 2004.
García, Santana. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
Guzmán, Antonio. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
Hidalgo, Eduardo. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
Maranto Zepeda, Matza. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
Baños, M. Métodos heurísticos y creación publicitaria, [Tesis doctoral]. Madrid, España. 1999.
Moscoso, Luis Enrike. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.
Peñate, Juana Karen. [Entrevista vía remota]. Mayo, 2020.

