La academia como espacio minado: el caso de Boaventura

Por: Guadalupe Ortiz

Ser mujer en un contexto que naturaliza las violencias y las convierte en parte de la vida cotidiana implica resistir de forma constante ante las adversidades, sobreponerse a los malos tratos, alzar la voz contra las injusticias, reconocer aquello que nos daña y buscar la colectividad como estrategia de contención y apoyo para y con otras mujeres. Es así como, desde la música, el arte, el aula, la academia y otros espacios, se intenta visibilizar y denunciar hechos que han vulnerado la integridad de las personas y especialmente de las mujeres.

El 12 de abril de 2023, la editorial británica Routledge publicó el libro «Sexual misconduct in academia: informing an ethics of care in the university» (Conducta sexual inapropiada en la academia: sobre la ética del cuidado en la Universidad), el cual contiene un capítulo en el que tres ex-investigadoras del Centro de Estudios Sociales (CES) de la Universidad de Coimbra, en Portugal, exponen una amplia variedad de formas de abuso de poder de una figura “reconocida a nivel internacional” en el ámbito de la sociología. Aunado a ello y después de la exposición en dicho libro, se sumaron un par de denuncias más, en contra del mismo académico: Boaventura de Sousa Santos.

Foto 1 (Fuente: El periódico)

De esta forma, el 14 de abril comenzó a circular en redes sociales y otros medios la noticia sobre los casos de acoso y abuso sexual que este hombre perpetuó, generando una oleada de críticas severas y de posturas de apoyo hacia las mujeres que fueron víctimas de dichos actos. Uno de los casos de abuso expuestos fue el de Moira Millán, una activista argentina que lucha por los derechos de los pueblos indígenas, quien en 2010 fue invitada por Boaventura a dar una conferencia en la universidad de Coimbra; ella aceptó la invitación y estando en Portugal, él la invitó a cenar y posteriormente a su casa, donde la atacó sexualmente, pero Moira se defendió ante ello[1].

Como si el historial de abuso y acoso no fueran suficientes, Boaventura también fue señalado por plagio, al emplear el concepto de “capitalismo gore”, acuñado por la ensayista mexicana Sayak Valencia[2] sin darle los créditos correspondientes y en lugar de eso, hacer pasar por suya esa construcción teórica. Queda de manifiesto que, contrario a lo que se podría pensar, el mundo de la academia, la investigación y la ciencia, no está exento de prácticas violentas y de abuso de poder, sentadas en un sistema que legitima la verticalidad y arremete contra las personas colocándolas en una posición de vulnerabilidad.

Foto 2 (Fuente: Psinergia)

Vale señalar que, a raíz de las acusaciones, diversos espacios académicos han tomado cartas en el asunto, retirando a Boaventura de actividades. De entrada, fue destituido como director emérito del CES; así mismo, la Escuela de Geografía de la Universidad de Costa Rica se encuentra inmersa en un procedimiento para deliberar si le retirará el Doctorado Honoris Causa que le otorgó en el año 2019[3] y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) suspendió las actividades de las cuales se encargaba, mientras avanzan las investigaciones correspondientes.

Es preciso reconocer y aplaudir las medidas que ya han sido tomadas por las instituciones, sin embargo, aún queda preguntarse si éstas repercusiones en verdad son suficientes para atender la crudeza de los hechos, pues aunque las mujeres presenten su denuncia formal y se proceda en el ámbito civil, ¿quién les devuelve su tranquilidad?, ¿cómo se les ayuda a ellas a sanar?

Las personas violentas violentan porque pueden, porque hay un sistema de desigualdad, impunidad e injusticia que se los permite, pero las mujeres ya no nos quedamos calladas, la toma de conciencia venida de los movimientos feministas y la creación de espacios seguros para hablar de aquello que nos ha dañado es una forma de equilibrar la balanza, de decir que estamos hartas de vivir así y que ya no lo vamos a permitir más.

El señalamiento contra de Souza es solo la punta del iceberg de un problema que es estructural, no es una lucha corporeizada de mujeres contra hombres, es una lucha contra un sistema que tolera, fomenta y favorece las prácticas violentas y desiguales entre las personas. Que sea desde la digna rabia, desde donde se acompañe a las mujeres y otros sectores que se han visto afectados por este virus, que pareciera que cada vez se hace más fuerte: el virus encarnado de la violencia.


[1] Redacción, “Una activista mapuche denunció a un sociólogo portugués por intento de abuso sexual”, en Río Negro, [en línea], 22-abr.2023.

[2] Hernández Gómez, Diana, “Plagio y acoso sexual en la academia: caso Boaventura de Sousa Santos y las denuncias de investigadoras en su contra” en Cimacnoticias, [en línea], 21-abr.2023.

[3] Ídem


Lista de referencias

Hernández Gómez, Diana, “Plagio y acoso sexual en la academia: caso Boaventura de Sousa Santos y las denuncias de investigadoras en su contra” en Cimacnoticias [en línea], 21-abr.2023, consultado en: https://cimacnoticias.com.mx/2023/04/21/plagio-y-acoso-sexual-en-la-academia-caso-boaventura-de-sousa-santos-y-las-denuncias-de-investigadoras-en-su-contra/#gsc.tab=0

Redacción, “Una activista mapuche denunció a un sociólogo portugués por intento de abuso sexual”, en Río Negro, [en línea], 22-abr.2023, consultado en: https://www.rionegro.com.ar/justicia/una-activista-mapuche-denuncio-a-de-sousa-santos-por-intento-de-abuso-sexual-2867596/

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