La fuerza y el poder de los fanzines. Una mirada al trabajo de “Mujeres en espiral”

Por: Carlos Palomares

Son las 12:00 horas del día 11 de mayo de 2023 en la Ciudad de México, aún se respira el ambiente festivo del 10 de mayo, salgo de mi domicilio con una hora de anticipación, aunque solo recorreré 4 kilómetros, porque la capital del país es caótica y hay que usar el trasporte público. Me dirijo a la Casa de las Humanidades de la UNAM, que se ubica muy cercana al centro de Coyoacán. 

Lo primero que noto es que, como todos los recintos de la UNAM, es un espacio muy bonito. Se trata de un salón alfombrado con sillas que, para este evento, estaban ordenadas en forma de círculo. El proyector tenía la imagen con el título del conversatorio y se leía “Patio penitenciario en la UNAM”. Un tema de sumo interés para mí. 

En punto de  las 13:10 horas nos presentaron a las personas integrantes del conversatorio. Este aspecto lo resalto porque no fue una presentación ordinaria, nos contaron una pequeña parte de su vida, como sus gustos, hobbies, comida favorita o lugar favorito del mundo. Desde ese momento nos sentimos en cercanía con quienes iban a hablar. 

Autoría propia

El evento inició con una experiencia sensorial: las luces se apagaron, nos pidieron cerrar los ojos, respirar profundamente y permanecer en calma. Al fondo, empezaron a escucharse las voces de una grabación, se trataba de un día común en la penitenciaría en Santa Martha Acatitla. Pude escuchar el nombre de internas que eran requeridas porque tenían visita, porque serían trasladadas a juzgados o que las necesitaban en la sala. 

Al poco tiempo de las voces, empezamos a percibir olores. Yo logré identificar cítricos, amaranto y chile. También sensaciones, tocamos algo parecido a hilos, a plástico en bola y lo que parecían tubos para el cabello. Al poco tiempo las luces se encendieron, nos pidieron abrir los ojos con calma. Al hacerlo, pudimos ver ya al panel sentado enfrente. 

Autoría propia

Lo que sucedió inmediatamente  fue la proyección de un video, donde nos explicaron los procesos para la elaboración del primer fanzine, “la voz que corre”. Fue muy revelador para mi ver como la organización dentro de la penitenciaría puede ser posible. Percibir como ellas se unieron para expresar sus necesidades, sus sentires, sus miedos, sus protestas, en fin, su vida al interior, fue muy significativo. 

El primer video culmina con la interpretación de una interna de la vie en rose pero adaptada. En su cantar nos expresaba su agobio de pertenecer a ese espacio y, en lugar de rosa, la vida al interior es gris. Su vida es gris. Con esta extraña sensación de asombro, pero con un nudo en la garganta, terminó el primer video e inició el segundo. 

En la siguiente proyección, casi a manera de secuela, nos cuentan de la segunda edición de su fanzine, al que denominaron “leelatu” como una referencia a algún argot carcelario satirizado a la lela (tonta), pero referenciado al verbo leer (lee tu este fanzine). La temática fue exponer la situación que viven las internas respecto a su necesidad de trabajar para satisfacer las necesidades más básicas al interior. 

Durante este segundo video pudimos percibir los indicios de un colectivo que se une para protestar y para resistir; para exigir condiciones humanas y en la constante búsqueda de una vida digna, o lo más digna posible estando al interior. El video termina con una interna mencionando algunos empleos que se pueden realizar en prisión. 

Al finalizar la proyección, encienden las luces y le dan la palabra a Ruth (no es un nombre real, la llamo así para respetar su privacidad). Ella nos cuenta, de primera mano, cómo fue que sucedió el proceso de elaboración, el importante papel que tiene la UNAM, a través del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).

De su testimonio pudimos darnos un asomo al trabajo que hace el CIEG, la guía y el acompañamiento que tiene con las internas. Nos contaron que, cuando sabían que tendrían sesiones de trabajo, se preocupaban por verse, y cito sus palabras, “más lindas de lo que ya son”. Lo que mejoraba notoriamente su estado de ánimo. 

A través de “Mujeres en espiral” se da un acercamiento a sectores vulnerables y vulnerados de la sociedad; se les nombra, se les visibiliza y se les da voz. Esto es de gran relevancia pues, no es extraño que, en nuestro país, la violencia también venga de las instituciones. Es por ello que ver la suma de esfuerzos y voluntades genera una sensación de esperanza en la comunidad, particularmente, en la comunidad universitaria. 

Como última parte de la actividad, nos invitan a “fanzinear”. Se nos acercan materiales como: revistas, crayones, tijeras, pegamento y hojas de papel. Nos llaman a sentarnos en el piso y así, simulando un patio penitenciario, estábamos en comunidad creando un fanzine con nuestras propias experiencias, sentires y miradas. 

Autoría propia

Nos dieron la oportunidad de expresar cualquier emoción que tuviéramos. Así, alguien contó que tenía poco tiempo de salir de prisión, que su fanzine lo hizo con dificultad, pues el tiempo en reclusión hizo que olvidará cómo dibujar, particularmente perritos. Por otro lado, una joven alzó la voz para expresar su sentir respecto a las trabas que una alcaldesa pone para que puedan desarrollar una actividad comercial. Ella lo expresó tan del fondo de su corazón que pudimos ver el trasfondo que hay en su sentir. Fue un momento de catarsis, hubo muchas lágrimas, pero también muestras de sororidad. 

Cuando fue mi turno de participar mostré mi fanzine, no soy bueno dibujando, así que dicha esa advertencia mostré que toda la actividad me había hecho cuestionarme que hay historias detrás de los números de expedientes. Que cada persona tiene sueños, miedos, angustias e ideas. Fue muy extraño, pues sentí una confianza particular de expresarme con un grupo de gente a la que era la primera vez que veía, esto para mí fue la definición de un espacio seguro. 

Autoría propia
Autoría propia
Autoría propia
Autoría propia

De esta forma llegamos al cierre del evento, aplaudimos, fuimos invitades a la siguiente sesión y salimos del auditorio. Tengo la certeza que quienes asistimos tuvimos una experiencia muy edificante y logramos ver la fuerza que un fanzine puede tener, desde lo terapéutico hasta la protesta social. 


Deja un comentario