Reflexiones del Primer Debate Juvenil LGBT+

Por: Geras Contreras

El 23 de junio pasado, se llevó a cabo el primer Debate Juvenil LGBT+ en el Senado de la República.[1] El evento fue organizado por la organización LGBT Rights Mexico, con el apoyo de la bancada de Movimiento Ciudadano (MC). Tenía como objetivo “promover la participación política de las comunidades LGBT+ y avanzar en el reconocimiento y protección de sus derechos”.[2] Con el eslogan “Hablemos con orgullo”, éste reunió a 64 jóvenes de entre 18 y 29, seleccionados después de una convocatoria lanzada en mayo pasado.

La inauguración contó con la asistencia de la senadora Patricia Mercado (MC), la senadora Olga Sánchez Cordero (Morena), el diputado federal Braulio Lopez (MC), la senadora Alejandra León (MC), el director de LGBT Rights México Enrique Vives, y la activista y fundadora de Casa de Muñecas Tiresias, A. C. Kenya Cuevas.

No es intención de este texto reseñar o comentar de las intervenciones de las anteriores personas. Pero me permitiré señalar dos aspectos. Kenya Cuevas, y no ninguna de las personas con puestos de elección popular, fue la “celebridad del momento”, recibiendo varias ovaciones de pie y siendo asediada por jóvenes que querían una foto con ella. Por otro lado, solo Patricia Mercado fue la única persona de este presidió inaugural, sin incluir al director de LGBTI Rights Mexico, que permaneció las aproximadas 12 horas que duró todo el evento.

Fuente: Elaboración por la persona autora.

Ahora bien, el evento tuvo una estructura de “debate parlamentario”. Esto implicó una discusión en general de los proyectos (o, en este caso, de los temas propuestos) en donde un representante de cada bancada expone hasta cinco minutos su punto de vista.[3] Por ende, les 64 participantes se dividieron en cuatro “partidos” que fueron nombrados en honor a personas LGBT destacadas; seleccionado los de Kenya Cuevas, Amelio Robes, Sara García y Nancy Cárdenas. También implicó la existencia de una “mesa directiva” para moderar el espacio y de normas protocolarias para regular la interacción entre interlocutores.

El debate se estructuró en cuatro ejes temáticos: derechos político-electorales, seguridad y justicia, sistema educativo e inclusión laboral. Cada uno de los temas fue introducido por una persona experta, para establecer un encuadre a la conversación y ofrecer un panorama en México. Tuve el honor de ser invitade como experto en el tema de sistema educativo.

Cada eje temático contó con 16 intervenciones distintas para exponer preocupaciones, propuestas y demandas dentro de los demás subtemas correspondientes. Por ejemplo, dentro del tema de sistema educativo, cuatro fueron respecto a educación sexual, otras cuatro sobre prevención de bullying, cuatro más sobre atención psicoemocional y un último subgrupo respecto a capacitación del personal docente. Ahora bien, en cada intervención se podía interpelar al exponente en alguna de las diversas “mociones”: de orden, de cuestionamiento, de apego al tema, de rectificación de hechos o por alusiones personales.[4] Éstas claramente retomaban la práctica legislativa del Senado y eran definidas por el “reglamento” propio del evento, aunque su uso en la práctica provocó descontentos y desviaciones.

Fuente: Elaboración por la persona autora.

El debate fue enriquecedor y sería valioso hacer un análisis detallado para cada uno de los temas expuestos. Sin embargo, me limitaré a revisitar lo sucedido dentro de mi eje temático.

Aunque halagade por la invitación, me sentía presionade por ofrecer una intervención nutritiva al debate. Quería que mi discurso fuera informativo, pero sin ser arrogante o inaccesible. A la par quería que fuera evocativo, pero sin dejar exponer una visión crítica de la situación. Después de ir y venir, mis palabras finales aportaron cuatro puntos. Primero, establecí una crítica a la suposición de que la educación es el remedio per se de la violencia. Segundo, expuse los diferentes modelos de educación sexual (el prohibicionista, de reducción de daños e integral), evitando dar definiciones únicas que limitará el debate. Posteriormente, cuestionar la forma en qué nos referimos a la violencia ejercida en el espacio educativo e ignorar su característica disciplinar sobre las personas. Finalmente, recordar como la educación, en el presente y pasado, ha sido el dispositivo predilecto del fascismo para controlar el cuerpo y el placer.

Dejé en claro que me enuncié desde el feminismo antipunitivista, una corriente que cuestiona el uso del derecho penal (y otros mecanismos de violencia por el Estado) para atender las desigualdades de género.[5] Incluso, invité a criticar cómo mirábamos la idea de atender el bullying o tipificar la violencia correctiva contra las personas LGBT. Sin embargo, el encuadre resultó poco útil.

Como acertadamente señaló Silvana Carranza, asesora de la senadora Mercado y parte del comité organizador, las intervenciones de los jóvenes debatientes en el tema de sistema educativo hacían alusión constante al castigo. Varias de elles apelaban a prohibir la difusión del discurso de odio en las escuelas o sancionar a aquellos profesores que perseguían y humillaban a las juventudes disidentes sexual y de género. Incluso, una intervención retomó la idea de “tolerancia cero”, un enfoque norteamericano que propone alcanzar la disciplina escolar a partir de imposición de sanciones, pero que ha sido ampliamente desacreditado por su ineficiencia y las lógicas racistas y de clase que reproduce.

¿Por qué hubo más propuestas de sancionar a docente que de reestructurar el sistema educativo para prevenir abusos de poder? ¿Por qué debatir sobre el sistema educativo implicó debatir en términos de castigo? De manera de esbozo, podría señalar que una posible respuesta recae en el hecho de que las posiciones fueron enunciados desde una búsqueda de venganza, ya sea consciente o no, que tienen les jóvenes a causa de experiencias recientes de discriminación y exclusión. Pero, un esfuerzo por contestar integralmente a estas preguntas requerirá volver a dialogar con les participantes.

Fuente: Elaboración por la persona autora.

Pero no es mi intención concluir este texto con una crítica sobre la posición de les jóvenes.

Primero, reconozco que el debate fue la oportunidad de usar el Pleno del Senado por un grupo que históricamente ha sido invisibilizado en el debate político. Más allá del diálogo, el evento permitió que jóvenes con identidades de género subalternizadas enunciarán su vivencia desde un espacio que ha pertenecido a hombres heterosexuales, de clase media-alta y hegemónico respecto a la  norma social. Por ello, la radicalidad del suceso no solo reside en la oración enunciada, sino en las acciones que constituyen materialmente al espacio público, a lo que la teoría bulteriana nombra como noción performativa de lo político.[6]

También es necesario señalar que el evento envió el mensaje de que MC es un partido nacional que tiene una agenda para incluir a las juventudes LGBT. A pesar del carácter ético de ello, debo reconocer que MC como institución que busca la maximización de votos tiene una serie de incentivos para tomar la elección racional de organizar dicho evento. Sin embargo, esta discusión merece un análisis desde la ciencia política sobre representatividad de grupos minoritarios y elecciones.

Por último, entiendo que el evento tuvo un efecto personal sobre mí. Pensar en dicho debate durante semanas me muestra la necesidad de reflexionar en colectivo sobre qué diálogos (y sus efectos) se posicionan. No solo la participación política de grupos históricamente marginados es necesaria, también es urgente ejercicios analíticos que la acompañen.


[1] El evento puede ser consultado en la página de YouTube del Canal de Congreso. Véase “Debate Juvenil LGBTI+”, en Canal de Congreso México (YouTube), 23 jun. 2023, consultado en. https://www.youtube.com/watch?v=jPpeYFbgupk

[2] Senadores de Movimiento Ciudadano, Debate Juvenil LGBT+ [en línea], 5 ago. 2023, consultado en: https://senadoresciudadanos.mx/debatejuvenillgbt

[3] Sistema de Información Legislativa, Debate Parlamentario [en línea], consultado en: http://sil.gobernacion.gob.mx/Glosario/definicionpop.php?ID=61

[4] LGBT Rights Mexico, Reglamento del Debate Juvenil LGBT+, jun. 2023.

[5] Véase en Dent, R. Meiners, Ritchie y Davis, Aboliton. Feminism. Now., Haymarket Book, Estados Unidos, 2022.

[6] Cfr. En Butler, Judith, Excitable Speech: A Politics of the Performative, Nueva York, Routledge, 1997.

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