Las nuevas formas de degradación del usuario en los «live» de Tik Tok

Por: J.J Bermúdez

Introducción

No es ninguna sorpresa, darnos cuenta de las innovaciones que las redes sociales han traído consigo a la par de la globalización de la distribución en los servicios de internet y telecomunicaciones. La interacción comunicativa fue transformada por completo, y se simplificaron procesos que anteriormente eran tardados o tediosos. La digitalización ha traído numerosos beneficios para los usuarios, tanto de entretenimiento, culturales y laborales. Nuestra CURP puede ser tramitada en minutos; ya no es necesario salir a comprar, pues tenemos Amazon y Mercado Libre, ni tampoco formarnos en las filas de un banco, pues en las bancas móviles se puede realizar cualquier trámite; tampoco es necesario concretar una reunión presencial, cuando puede hacerse una videollamada; y últimamente ya ni es necesario ir a la oficina, porque es posible trabajar desde casa, únicamente con una laptop e internet.

Contextualización

Es en este último apartado, sobre el trabajo, dónde se quiere enfatizar en este escrito, pues no solo es que el trabajo tradicional (físico), se haya trasladado a lo digital mediante el home office, sino que la digitalización por sí misma, creó nuevas modalidades de trabajo. Resulta interesante como la digitalización se posiciona como un medio de comunicación masivo, pues genera, —al igual que los demás medios como la televisión, la radio o los periódicos—, ganancias a través de la venta de espacios para la publicidad, es decir, se resume al consumismo. Al navegar como usuario en cualquier red social, los anuncios publicitarios aparecen en los contenidos que miramos, nuestros datos son vendidos a las marcas que buscan satisfacer necesidades de consumo que, de acuerdo a la información que aceptamos darles a las aplicaciones, creen que requerimos.

Argumentación

Lo primero que se debe comprender es que, como usuarios en las redes sociales, fungimos un rol equiparable al de trabajadores, pues estamos dando ganancias a las propias aplicaciones y a los creadores de contenido. Con el tiempo e interacciones que les damos, ellos generan capital, vendiendo esa exposición de sus contenidos en tiempo eficaz de publicidad que nosotros terminamos consumiendo de una o de otra manera. Uno de los mayores problemas, es que nosotros no recibimos ninguna remuneración por producir ganancias a otros, algo que, al menos en el ámbito laboral tradicional, sí ocurre. Por ello es que es importante dosificar el tiempo que pasamos en redes sociales, y ser muy precavidos y conscientes en a qué o a quién le damos nuestro tiempo e interacción, porque de una u otra manera, le estamos produciendo ganancias.

El fenómeno más raro para analizar ocurre en la plataforma de TikTok, —aunque si bien el ejemplo seguro también ocurre en Instagram, Facebook, Youtube o Twich—.

En mi experiencia personal, no era muy adepto a la aplicación de Tik Tok. La manera en la que los videos cortos se vuelven tendencia o virales en primera instancia marcaba una pauta hacia la ridiculización, mientras más ridículo o absurdo es el contenido, mayor exposición se obtiene. Por ello, durante muchos años, las tendencias de la aplicación eran: coreografías de bailes, la sexualización del cuerpo femenino, la satirización o burla de situaciones o personajes cotidianos, etc. Sin embargo, se reconoce que la aplicación ha tenido una creciente población de usuarios con contenidos científicos, culturales y artísticos que han vuelto diversa y enriquecida a la plataforma.

A pesar de lo ya mencionado, es necesario abordar la denigración de los usuarios en busca de un fin económico, como una nueva modalidad para generar ganancias Muchos usuarios recurren a su ridiculización para obtener el fin económico, todo esto, solapado por el propio TikTok, pues es la misma aplicación la que ha dotado a su interfaz con las herramientas para que esto sea posible.

Es así como nos encontraremos (involuntariamente casi siempre) con “lives” de usuarios que buscan recompensas a cambio de su propia ridiculización, denigración o auto burla. Desde personas durmiendo, hasta personas semidesnudas;, se encontrarán también a personas bailando, levantando pesas, respondiendo preguntas, gesticulando afecciones y mucho más. Otra constante es encontrar comúnmente usuarios con problemas de salud graves o afecciones poco comunes que dañaron seriamente su apariencia física y modos de interacción social. Usuarios con secuelas por accidentes graves, o con problemas degenerativos. Personas que obtienen un nivel de atención que no obtendrían en una dinámica social cotidiana, y que hay que decirlo, los usuarios de Tik Tok se acercan a ellos por morbo, para preguntar qué les pasó, y para seguirles para la satisfacción del ocio, la crítica y el morbo dicho nuevamente. Es importante señalar este rasgo, en ese sentido, estos usuarios tienen la misma función que la que tenían los shows del pasado con personas diferentes, los circos que utilizaban a personas con discapacidad como especímenes raros, y la gente pagaba por acercarse a ellos., Ahora dicha modalidad cobra relevancia nuevamente en Tiktok, pero con el disfraz de la solidaridad, del entendimiento, cuando lo que se hace es tremendamente similar a las prácticas del pasado ya descritas. Se sospecha tremendamente de que esta modalidad para generar ganancias en TikTok, ha dado paso a un nuevo tipo de explotación laboral y hasta infantil, dado que se han obtenido evidencias de “Lives” que duran semanas enteras de transmisión ininterrumpida, teniendo a jóvenes y menores de edad bailando en dichas emisiones por lapsos de tiempo inimaginables, atestiguando el cansancio y agotamiento en la cara de quienes protagonizan dichas transmisiones.  Tal es el caso de @Adilacare compuesto por varias chicas asiáticas, permanece realizando dicha práctica, día y noche sin descanso, evidenciando un latente abuso y un agotamiento físico y mental en las protagonistas.

Fuente: Capturas de pantalla del usuario de TikTok en su transmisión en vivo.

Bajo esta modalidad, el usuario @jaiderlozano14 realiza sus transmisiones en vivo solicitando ayuda para construirle una casa a su madre, únicamente colocándose enfrente de su cámara con un cartel con dicha solicitud y sin hacer nada más. De igual manera, el usuario @Papiliindo pide a los usuarios de la red apoyo para poner una barbería. O la usuario @mayraguevara15, que caracterizada de gato, pasa día y noche enteros actuando como un personaje de videojuego o anime, gesticulando de manera no convencional, cada que recibe premios y recompensas de sus seguidores.

Fuente: Capturas de pantalla del usuario de TikTok en su transmisión en vivo.

Cierre de ideas y Reflexión final

Es necesario reflexionar sobre el contenido al que estamos constantemente expuestos, y sobre su valor semántico y simbólico, determinando que, más que entretener o divertir, puede conllevar a una degradación del usuario y de la persona dentro de internet. Normalizar dichas prácticas instauran una nueva modalidad de “pedir limosna”, reorientando dinámicas de caridad no para quien la necesita, sino para quien aprovecha las herramientas modernas de la digitalización, aunque eso lleve irremediablemente a su propia humillación, denigración y despersonalización.

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