Por: Marinely Quiroz
A modo de introducción
Los sismos son considerados como vivencias traumáticas que amenazan la integridad física y psicológica de las personas que lo viven. De acuerdo con Elizabeth Palomares y Patricia Edith Campos “Las vivencias traumáticas, como un terremoto o sismo de gran magnitud, pueden aumentar las tasas de problemas de salud mental”[1]. Claramente existirá una variación de reacciones emocionales que van a depender de las personas y sobre todo de las situaciones particulares que las mismas experimentaron durante esta vivencia, pero como las autoras plantean, existe una serie de reacciones generalizadas, las cuales nombran como fases de respuesta emocional ante un sismo y de ellas se podrá realizar una reflexión de los impactos que tienen en la salud mental.

Fuente: Gobierno de México
Fases de respuesta emocional ante un sismo
La primera fase es el choque, es cuando se vive el evento catastrófico y su duración es breve pero se desarrollan experiencias de angustia. En esta etapa se presentan emociones como el miedo y la histeria donde el principal objetivo es buscar un lugar seguro para sobrevivir. Posteriormente se desencadena la etapa de la reacción, en ella se busca huir del lugar afectado y se origina la ansiedad, así mismo la constante repetición de lo acontecido, esta fase tiene una duración más prolongada y lleva horas.
A continuación se deriva la fase heroica, es el estado de sensación de optimismo, donde se desarrolla el altruismo que, a su vez, promueve la cooperación de la sociedad, sin dejar de lado los pensamientos repetitivos de los ocurrido, con síntomas como lo es la ansiedad y/o depresión, enmarcado por el optimismo y la necesidad de ayudar, que puede tener una duración de días o semanas. Después viene la etapa de la desilusión, donde se enfrenta la realidad de la situación, en la que se experimenta un estado de ánimo depresivo y puede llegar a durar desde meses hasta años. Por último, se encuentra la fase de reconstrucción, las personas deben acoplarse de nuevo a la vida cotidiana, aceptando el riesgo constante que conlleva el estar en zonas vulnerables para los sismos.

Fuente: El sol de Tlaxcala
Impactos en la salud mental
Ahora bien, la población mexicana ha experimentado sismos de diferentes magnitudes. Los impactos que se generan en la salud mental detenido a ellos tienen diferentes factores, como el percibir los movimientos violentos del sismo, el colapso de los edificios, exposición de escenas traumáticas, por ejemplo, ver a personas atrapadas; eventos y sonidos estridentes, como el ruido de las ambulancias o el caos, y las posibles réplicas que generan pánico. Todo ello, llega a ocasionar trastornos relacionados con la vivencia traumática, por ejemplo insomnio, desmotivación, pérdida del apetito, fatiga y estrés síntomas que corresponden a los trastornos por estrés postraumático, trastorno de ansiedad y el trastorno depresivo.
Es así, que las personas con algún tipo de trastorno tienden a evadir situaciones que les recuerden o se relacionen con el trauma del sismo, además, buscan mantenerse alerta. Por ejemplo, algunas evitan el sitio donde presenciaron el sismo, o no quieren entrar a edificios o lugares donde les sea difícil salir en caso de una catástrofe. Esto a menudo interfiere con su calidad de vida. Tras vivir un sismo, los sobrevivientes del descarte presencian escenas sensibles y esto está más influenciado con los medios de comunicación. Una evidencia de ello son los comentarios sarcásticos cuando se acerca el mes de septiembre, ya que entre bromas la población mexicana expresa los sentimientos de incertidumbre al saber que en cualquier momento puede volver a temblar; también el shock del sonido de la alarma sísmica es un claro ejemplo de los impactos de los sismos en la salud mental.

Fuente: Sergio Dorantes
Reflexiones finales
Aunque los sismos son una amenaza constante, es reciente el estudio de los mismos para conocer sus consecuencias en la salud mental. El tema se considera relevante, así, en los últimos años se ha empezado a investigar desde esta perspectiva. Por otro lado, después de estas vivencias traumáticas, resalta la importancia de promover servicios de salud mental que han quedado en segundo plano. Con la cohesión social fungen como un factor de protección y llegan a mitigar estas consecuencias de la experiencia traumática, por lo tanto los problemas de salud mental, tal como lo hemos visto en los últimos sismos. Se deja sobre la mesa el seguir construyendo estrategias de atención a personas en crisis, donde se incluya a todos los sectores de la población, no únicamente en instituciones de salud mental, sino también en escuelas, con la familia y comunidad.
[1] Palomares Castillo, Elizabeth; Campos Coy, Patricia Edith, “Impacto de los terremotos en la salud mental”,[En línea] revista ciencia, 2018. Consultado en: https://www.amc.edu.mx/revistaciencia/images/revista/69_3/PDF/impactoSaludMental.pdf
Referencias
Palomares Castillo, Elizabeth; Campos Coy, Patricia Edith, Impacto de los terremotos en la salud mental, 2018. Consultado en: https://www.amc.edu.mx/revistaciencia/images/revista/69_3/PDF/impactoSaludMental.pdf

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