Por: Bethza Rojas
Introducción
Este año he participado como asistente y ponente en espacios de diálogo en los que se ha discutido la infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en el país. En estos eventos ha ocurrido repetidamente una situación que ha llamado mi atención: las mujeres cis que participan parecen no percibir por completo el riesgo asociado con el VIH. Incluso, es la primera vez que conocen casos de mujeres que viven con VIH, situación que causa preocupación entre las asistentes, pues las infecciones en las mujeres de México tienen sus propias características que muchas veces no son conocidas o reflexionadas por la población. En temas de salud pública, las mujeres no forman parte de la población clave para la prevención de la infección por VIH, cuando en el panorama mundial, las mujeres y niñas representan el 48% del total de nuevas infecciones por VIH, y en México, una de cada cinco personas viviendo con VIH es mujer[1].

Una rápida revisión de la literatura nos arroja que los factores de riesgo para la adquisición de la infección por VIH en mujeres son:
- tener relaciones sexuales, anales o vaginales, sin preservativo;
- padecer otras infecciones de transmisión sexual (ITS), como sífilis, herpes, clamidiasis, gonorrea o vaginosis bacteriana;
- hacer un consumo nocivo de bebidas alcohólicas o drogas en el contexto de las relaciones sexuales;
- compartir soluciones de drogas, agujas, jeringuillas u otro material de inyección que estén contaminados;
- recibir inyecciones, transfusiones o trasplantes de tejidos sin garantías de seguridad, o ser objeto de procedimientos médicos que entrañen cortes o perforaciones con instrumental no esterilizado;
- pincharse accidentalmente con una aguja, hecho particularmente frecuente en el personal de salud [2].
Es necesario tomar en consideración las opiniones y las inquietudes expuestas por las mujeres cis que han mostrado el interés de comprender las dinámicas presentes en la falta de percepción de riesgo para la infección por VIH y que no responden a lo investigado por las organizaciones de salud.
Por ello, en este texto se reflexionará sobre algunas razones detrás de esta falta de percepción del riesgo, basándose en la práctica cotidiana en espacios de prevención y atención de la infección por VIH.

Deficiencias en la Educación sobre el VIH:
Las deficiencias en los programas educativos sobre el VIH contribuyen a la falta de percepción del riesgo entre las mujeres mexicanas. La información insuficiente o inexacta sobre la transmisión y prevención del VIH limita la comprensión y la conciencia, son muchas las mujeres que han referido no haber tenido nunca un acercamiento a algún programa, taller o charla que les explique de manera específica los métodos actuales de prevención, más allá del uso del condón.
Impacto del Estigma y la Discriminación
Es difícil aún hoy en día para la población hablar abiertamente sobre las prácticas sexuales, pues persiste una asexualidad de las mujeres en los espacios de salud que no permite generar estrategias innovadoras de prevención, lo que genera una falta de empoderamiento en las mujeres al solicitar servicios de salud contribuyendo a la falta de percepción del riesgo de transmisión de VIH en las mujeres.
Desigualdades de Género y Vulnerabilidad
La conexión entre las desigualdades de género arraigadas y la vulnerabilidad de las mujeres al VIH son notorias y tienen un gran peso en el tema; la falta de autonomía en las relaciones puede llevar a prácticas sexuales de mayor riesgo sin una percepción clara de las consecuencias para la salud, además al ser las mujeres las principales cuidadoras en las familias, suelen abandonar el cuidado de su salud dando prioridad a la atención de su familia. Cabe destacar que se presentan casos en los que los hombres no permiten que las mujeres asistan a revisiones médicas o campañas de prevención, pues no aceptan que otra persona se acerque a su pareja.
Limitaciones en el Acceso a Servicios de Salud:
La falta de pruebas regulares y servicios de prevención dirigidos a mujeres cis contribuye a la falta de conciencia sobre el VIH, son claras las omisiones que el sistema de salud comete en la atención integral de las mujeres. Es común escuchar comentarios sobre la falta de pruebas de VIH durante el embarazo, o que la atención ginecológica no aborda métodos preventivos para la infección por VIH.
Relevancia de Campañas de Concientización Culturalmente Adaptadas:
Las campañas de concientización deben ser culturalmente adaptadas para abordar las preocupaciones específicas de las mujeres mexicanas. Mensajes y estrategias personalizados pueden tener un impacto más efectivo en la percepción del riesgo y la prevención del VIH, pero desde hace años no se observa ningún programa de difusión que invite a las mujeres a realizarse pruebas de detección del VIH o que les permita reflexionar sobre el riesgo de adquirir esta infección.
Creencias del amor romántico
Por un lado, es común escuchar a las mujeres cis defendiendo una postura en la que asumen la exclusividad de sus parejas hombres y el cuidado que estas ejercen hacia ellas, sin embargo los datos nos revelan que 90% de las mujeres que contraen el virus son infectadas por su pareja [3]. Por otra parte, persiste una mentalidad en las mujeres que tienen sexo con mujeres que las coloca en una inmunidad imaginaria. Estas creencias son reforzadas por la idea del amor romántico y una entrega total que lleva a las mujeres a olvidar su autocuidado.
Presión de la pareja
En algunas situaciones, puede haber presión dentro de la relación para evitar el uso de preservativos, en especial si una pareja tiene la percepción errónea de que ambas personas están libres de infecciones sin previamente emplear métodos de prevención, realizarse pruebas o chequeos constantes.

Conclusión:
La percepción del riesgo del VIH es un aspecto crucial en la prevención y control de esta infección, pues es un primer paso para llevar a cabo un autocuidado y atención de la salud sexual. La falta de percepción del riesgo del VIH entre las mujeres mexicanas es un desafío complejo que requiere un enfoque integral basado en investigaciones realizadas en la región, que comprendan nuestro diverso y complejo contexto para generar estrategias de prevención dirigidas a las mujeres cis. Es imperante mejorar la educación, reducir el estigma, promover la igualdad de género y garantizar el acceso a servicios de salud, estos pasos esenciales necesitan ir acompañados de una sensibilización de género y una interseccionalidad. Las mujeres mexicanas necesitan empoderarse en su atención integral en el sistema de salud, pero para lograr dicha hazaña las personas involucradas en el tema necesitamos comenzar a hablar del tema e involucrar a la población objetivo.
[1] CENSIDA, Día Mundial del SIDA, Poner fin a las desigualdades, Poner fin al VIH, Poner fin a las pandemias, [en línea], 9 oct. 2023.
[2] Organización Mundial de la Salud, VIH y sida, [en línea], 9 oct. 2023.
[3] AHF, Mujeres con VIH: Empoderadas lejos de la victimización, [en línea], 10 oct. 2023.
Referencias:
AHF, Mujeres con VIH: Empoderadas lejos de la victimización, [en línea], 2020, consultado en: https://pruebadevih.org.mx/mujeres-y-vih-empoderadas-lejos-de-la-victimizacion/ 10 de oct. 2023.
CENSIDA, Día Mundial del SIDA, Poner fin a las desigualdades, Poner fin al VIH, Poner fin a las pandemias, [en línea], 2021, consultado en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/684194/BAI_DAI_2021_4.pdf 9 de oct. 2023.
Organización Mundial de la Salud OMS, VIH y sida, [en línea],consultado en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/hiv-aids 9 de oct. 2023.
