Las mujeres y su papel en la revolución Mexicana por la INEHRM

Por: Marinely Quiroz

El Instituto Nacional de Historia de la Revolución Mexicana (INEHRM) publicó la primera edición de “Las mujeres en la revolución Mexicana (1884 – 1920)” en 1992, la cual está dividida en seis apartados titulados: Precursoras; militantes al inicio de la revolución; las que estaban en contra de la usurpación; seguidoras de los caudillos; primera, segunda y tercera llamada; y por último, feministas organizadas.

En el primer apartado “Precursoras”, se presta atención a la movilización social que significó la revolución para nuestro país y cómo sus heroínas, en todos los momentos de la lucha, trazaron expectativas razonables para las generaciones futuras. Plasmando a  la Revolución Mexicana como punto de partida para la inclusión de la mujer en el desarrollo de México.

Esto nos lleva a enfatizar los cambios sociales que se dieron durante la Revolución Mexicana para las mujeres, comenzando por el empoderamiento.  Ocasionado por las voces de las mujeres mexicanas escuchadas en el periodismo y la literatura, los medios de expresión utilizados para dar a conocer sus demandas. Por ejemplo, la primera revista feminista de México fue publicada en 1884 por la periodista y escritora de Guerrero, Wright de Kleinhans, titulada “Violetas de Anáhuac”, que publicó sus protestas durante la revolución. A partir de ahí, las mujeres lucharon para derrocar al gobierno de Porfirio Díaz, algunas se unieron a grupos liberales, liderados por hombres y otras formaron sus propios grupos.

Fuente: INEHRM

Entre las grandes pioneras liberales de la Revolución Mexicana tenemos a Laureana Wright de Kleinhans y Juana Belen Gutierrez de Mendoza. Por una parte Laureana Wright originaria de Guerrero se especializó en la poesía patriótica, fue fundadora de la revista mencionada anteriormente, «Violetas de Anáhuac”, en ella propuso el voto para las mujeres y la igualdad de género.  Por otro lado Juana Belen Gutierrez nació en Durango y fue fundadora del Club Liberal Benito Juárez, en sus escritos se dedicaba a criticar al estado y a la iglesia, incluso llegó a quedar presa por exponer las condiciones laborales de la población de Chihuahua. Cada una luchó desde su trinchera y las unión un objetivo en común: buscar el cambio según las necesidades de los tiempos y expresar sus ideologías en todos los espacios posibles.

Mientras continuaba la dictadura de Porfirio Díaz, el descontento popular en México se hizo cada vez más pronunciado. Por ello, mujeres de diferentes clases sociales se sumaron a grupos anti-sufragio cuyas tareas incluían la defensa de las mujeres y campañas de propaganda en diferentes estados del país. Un ejemplo de este tipo de clubes es el Club Sara Pérez de Madero, fundado en Chihuahua en 1909, y la Feminal Antirreeleccionista Hijas de Cuauhtémoc, fundada en 1910. Las mujeres que crearon y pensaron estos clubes son Isabel Vargas Urquidi, María Arias Bernal, María Teresa Rodríguez, Dolores Romero de Revilla, María Luisa Urbina, José Fina Treviño, Adela Treviño, Eulalia Jiménez Méndez y Aurea San Martín.

En el segundo apartado “Militantes al inicio de la Revolución” las mujeres que tomaron la bandera maderista principalmente fue Natalia Serdán Alatriste quién salía a las calles a pegar propaganda antirreeleccionista y fabricar armas. Por su parte, Carmen Serdán Alatriste contribuyó en la distribución de pólvora. Entre otras actividades realizadas se encontraron el periodismo y como agentes confidenciales. También participaron enfermeras, las cuales tenían la función de mensajeras como Rosa Rabadilla de Casas, Coronel zapatista, la cual se enfrentó a armas con un aproximado de 50 hombres para combatir las injusticias de las autoridades.

Fuente: INEHRM

Posteriormente en el apartamento “Las que estaban en contra de la Usurpación”, explica cómo las mujeres maderistas se volvieron constitucionalistas, y cómo la participación de las mujeres en estas filas fue importante para el movimiento revolucionario. Encontramos a mujeres como Gregoria Reyes Viuda de Maldonado nacida en el municipio de Ocotlán perteneciente al Estado de Tlaxcala involucrándose como civil en la revolución realizando tareas de propaganda, enviando correos y llevando pertrechos a los diferentes jefes tlaxcaltecas de parte de los hermanos Serdán.

En el cuarto apartado “Seguidoras de los Caudillos” expone la existencia de mujeres que se sumaron a la campaña zapatista para pelear contra Huerta en los diferentes terrenos de lucha, entre ellas encontramos a Juana Castro Vázquez, originaria del Estado de Guerrero, quien fue soldado de caballería del ejército Libertador del Sur. Las mujeres pertenecientes al grupo Libertador del Sur participaron como militares para enfrentarse en armas, otras como voluntarias, benefactoras y algunas de difusoras de las ideas revolucionarias de Carranza como lo fue Diana Querido Viuda de Moreno, quién brindó sus conocimientos en enfermería a favor de la causa revolucionaria.

Tras el asesinato de  Francisco I. Madero y del gobierno de Victoriano Huerta, Francisco Villa regresó a México para unirse al movimiento en contra del huertismo. Entre las mujeres que integraron su grupo encontramos a Aurora Ursua de Escobar nacida en Guadalajara actuando como agente de enlace, llevando el nombramiento de Coronel de la División del Norte y Cristina Baca Viuda de Fusco originaria de Chihuahua prestando sus servicios de enfermería ayudando al trasladó de heridos Villistas.

En el apartado “Primera, Segunda y Tercera Llamada” menciona la parte cultural, en donde pocos de los sectores sociales encontraron como distracción los musicales y el teatro. Ángela Peralta Castera nació en la Ciudad de México tocaba el piano, además cantaba para el gobierno, por su parte Virginia Fábregas originaria de Morelos era actriz y creó obras teatrales. Dichas obras a su vez servían de sátiras políticas, en las que participaban mujeres sumamente talentosas como Guadalupe Rivas Cacho, quién nació en la Ciudad de México siendo la primera figura en el teatro lírico de su ciudad de origen, es ahí donde se le consideró como fundadora de la revista mexicana de sátira política.

Fuente: INEHRM

En el último apartado “Feministas Organizadas” se presenta el acontecimiento de 1915, en donde Venustiano Carranza encargó al general Salvador Alvarado asumir la presidencia de Yucatán, tiempo durante el cual promovió la libertad de la mujer y apoyó todas las actividades enfocadas al feminismo. Durante su mandato, se aseguraron puestos en la administración estatal, se mejoraron las condiciones laborales y se proporcionó apoyo financiero para la educación de las mujeres.

Estos logros dieron como resultado que se celebrara el primer congreso feminista del estado. Las mujeres que participaron fueron Consuelo Zavala Castillo, Elvia Carrillo Puerto, Raquel Gib Cicero, Raquel Dzib Cicero, Rosa Torres González, Beatriz Peniche de Ponce y Candelaria Luz Pat Dragón (Candelaria Ruz Patrón). A pesar de su lucha, las mujeres no pudieron obtener los derechos políticos que esperaban debido a los estereotipos de género, pero sí consiguieron otros derechos de  seguridad social como el acceso a la educación, distribución de tierras y derechos laborales para las mujeres.Es durante este periodo que Hermila Galindo Acosta de Topete es reconocida como la primera congresista federal de México. Finalmente, para lograr la emancipación económica, política y social de las mujeres, se creó el Consejo Feminista de México a nivel nacional bajo el liderazgo de Julia Navas de Sánchez nacida en Nuevo León, quien exigió igualdad de oportunidades para hombres y mujeres.

En general, la obra nos expone cómo las mujeres combatieron principalmente en los frentes de batalla, importante por ser ellas quienes empuñaron las armas, estando al mando de batallones de soldados y guerrilleros llegando a derrotar al ejército federal primero de Porfirio Díaz y después de Victoriano Huerta. Posteriormente se aborda el papel que las mujeres jugaron como agentes confidenciales y como tenían la tarea de entregar mensajes secretos de los altos jefes militares, donde se destaca la participación de enfermeras militares y voluntarias. Más adelante, el libro habla sobre la participación de las mujeres soldado, mujeres que combatieron a lado de los caudillos o de sus esposos para lograr la supervivencia de dichos grupos. Las mujeres también se encontraban incluidas en los aspectos culturales siendo protagonistas para presentar sus obras a modo de crítica. De igual manera la contribución de las precursoras del feminismo en México socialistas del Estado de Yucatán y de las sufragistas que lucharon por los derechos políticos de la mujer como lo es el votar y ser votadas en las futuras elecciones. Dando paso a la incorporación de las mujeres en los diferentes ámbitos sociales, esta obra nos pone a reflexionar acerca de los avances que se han tenido desde la revolución hasta los tiempos actuales. Es fundamental mencionar que existieron más mujeres que jugaron un papel clave, cada una de ellas plasmadas en las hojas de este libro presentado por el INEHRM.

Referencia

Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, Las mujeres en la revolución Mexicana (1884 – 1920), INEHRM, México, 2020. Consultado en; https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&opi=89978449&url=https://inehrm.gob.mx/recursos/Libros/MujeresRevMex.pdf&ved=2ahUKEwjlneb4_taCAxV3j2oFHVcBBRwQFnoECBIQAQ&usg=AOvVaw3ffBjg129Sgefbk0HLzXyI

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