Por: David Velez
A comienzos de 2024, en las redes sociales surgió una práctica que captó la atención del público, generando discusiones, memes y parodias en torno a la reventa de roscas de Costco. Este fenómeno no es novedoso; en el 2023, la acción de revender postres de la misma cadena comercial ya había sido objeto de debate y críticas. Ante las diversas opiniones sobre esta actividad, algunos la catalogan como un emprendimiento, mientras que otros la vinculan con la astucia empresarial, a menudo denominada «mente de tiburón» o incluso como personas que son considerados “flojas”, estas últimas opiniones tienen un corte peyorativo.

Revendedor de roscas de reyes del Costco se defiende. Foto: TikTok @jesusamiestilo | X @chagonotas
¿Pero puede considerarse emprendimiento la acción de revender un producto? Desde una perspectiva teórica que fundamenta el fenómeno emprendedor, la respuesta es un rotundo no. Revender una rosca no constituye emprender. La argumentación se basa en que emprender implica el proceso de concebir, desarrollar y gestionar un nuevo producto o servicio con el propósito de generar valor económico o social.
Los individuos que lideran estas iniciativas son denominados emprendedores, quienes introducen incertidumbre a través de la dinámica y el desequilibrio generados. Esto requiere habilidades técnicas, experiencia, pero sobre todo, una capacidad de intuición y estrategia[1]. Es por ello que a los emprendedores se les considera personas extraordinarias ya que tienen la capacidad de generar innovaciones a partir de la adaptabilidad y la capacidad de reconocer oportunidades en entornos dinámicos y cambiantes[2].
Entonces revender un producto no se clasifica como emprendimiento debido a varias razones fundamentales vinculadas con la esencia misma de emprender. En primer lugar, la falta de innovación distingue a la reventa, ya que el emprendimiento suele estar asociado con la introducción de nuevas ideas, productos o servicios. Además, la ausencia de desarrollo y creación es evidente en la reventa, ya que emprender implica el acto de concebir y construir algo nuevo o mejorarlo, mientras que revender implica simplemente transferir un producto existente.

Fuente: Aristegui noticias, 2024.
Asimismo, la limitada generación de valor añadido en la reventa contrasta con el objetivo del emprendimiento de generar valor económico o social de manera más significativa. El menor nivel de riesgo e incertidumbre asociado con la reventa también distingue claramente esta actividad de la naturaleza arriesgada inherente al emprendimiento. Por último, la carencia de dinámica emprendedora en la reventa, que implica una mentalidad proactiva, disposición para asumir desafíos y adaptabilidad a entornos cambiantes, refuerza la distinción entre ambas actividades. Aunque la reventa puede ser una práctica comercial válida y rentable, la falta de elementos clave relacionados con la creación, innovación y generación de valor añadido la excluye del concepto puro de emprendimiento.
Estos argumentos buscan desmitificar la concepción simplista de la acción emprendedora, contrarrestando el discurso que la vincula meramente a actitud y mentalidad. Se desafía la idea de que el éxito en el emprendimiento se logra únicamente a través de la cultura del esfuerzo, reconociendo la necesidad de factores múltiples y la intrincada interacción de habilidades, experiencia y estrategia para que un emprendimiento se introduzca con éxito en el mercado o en la sociedad.

Mentalidad de tiburón. Alberto Gonzalez. Vandal, 2021.
[1] Castillo, Alicia, “Estado del Arte en la Enseñanza del Emprendimiento” en INTEC-CHILE 2, [en línea], 1992, p.15.
[2] Schumpeter, Joseph, “Capitalism, Socialism and Democracy”, 1976, p.55.
- Castillo, Alicia, “Estado del Arte en la Enseñanza del Emprendimiento” en INTEC-CHILE 2, [en línea], 1999, pp. 1-22, consultado en: https://p2infohouse.org/ref/18/17602.pdf
- Schumpeter, Joseph, Capitalism, Socialism and Democracy, 1976, Routledge, London.

