A través de la grieta: De donde emerge la palabra

Por: Rosy Vázquez

Bajo el sello editorial La Higuera, Carla Alfaro presenta al mundo: A través de la grieta, su primigenio poemario que sintetiza el cambio, el ser mujer, la transmutación, la libertad. Organizado en 5 partes: Voces y paisajes, Zona de fractura, Murmullo olvidado, Memoria presente y Nunca más silencio, la autora oriunda de San Cristóbal de Las Casas, nos hace recordar la fuerza que hay en nuestra propia humanidad; es un libro tan nostálgico como esperanzador, que brota transparente como borboteo entre las piedras.

Carla Alfaro. Fuente: archivo de la autora

En la primera parte: Voces y paisajes, abre su alma mostrando en temas como el tiempo, la trascendencia, el amor, los temores e inquietudes que una creadora se cuestiona al momento del incontenido fuego interior.

Llama mi atención la obertura poética del poema que abre el libro a partir de aquella infancia que en penumbra erigió su camino pero que nos lleva a otros espacios y sonidos. es una invitación a su intimidad: su habitación, donde todo sucede: el llanto, el sueño, el descanso, el goce, el dolor. De esta parte el poema Encuentro: En tus ojos luminosos se asoma vestida de olivo tu mirada cauta. Ahí se han grabado los pasos de tu historia, los veranos cuando niño corrías por las playas. ¿Cuántos mares han habitado tu mirada? Quiero ser quien vuele en tus paisajes costeros, mientras escucho el rugir de las olas cuando busco el nicho que encuentro en tu regazo[1].

En Zona de fractura, por su parte hay un quiebre en la profundidad del verso; un cambio se asoma fuerte, entregando al silencio una a una sus escamas, su plumaje, su piel no habitada más. Porque busca ya no pertenecer a los sitios punzantes y decolorados que trae consigo la tormenta. De esta sección el poema Maruca: Te cobijaron los brazos de la muerte, Maruca, tus flores retornan al limo y la arcilla, fusionaste tu sueño en el sueño de la noche. La flor que fuiste desvaneció hasta ser semilla. Cerraste las ventanas en que viste el mundo y tu vacío se instaló en todos los rincones; no encuentro tu cuerpo ni el umbral de tu mirada en esta casa que llora tu recuerdo. Y ahora, que duermes en el lecho eterno: ¿Quién bailará los sones de marimba que suenan en la radio? ¿En quién se encapsulará la fragancia de las flores y semillas? ¿Quién son las manos temblorosas acariciará mi cabello? ¿Quién? Maruca, Maruca. Te ha llevado la muerte entre sus brazos para entregarte al sol, para ser ahora el otoño que guardó tu último suspiro[2].

Carla Alfaro. Fuente: archivo de la autora

En Murmullo olvidado -tercer apartado del libro-, hay temas como la edad y el erotismo que están delicadamente acomodados entre líneas. La feminidad como la tinta-mujer de la que emanan otras, permite que muchas entremos a un sentir compartido. La ansiada libertad que se evoca con la palabra pájaro, agua, sol acomodadas en paisajes poéticos son parte de del tono transparente de este libro.

Aunque este es el primer libro de la joven autora también ha participado en antologías de poesía como Artivismo, El arte como espacio de resistencia del Centro Cultural de México, 80 voces trascendiendo la palabra de la editorial El Alquimista, entre otras. Así también algunos de sus poemas se han traducidos al inglés e italiano.

Su poema Jardinera errante: Me declaro jardinera errante, no pude, siquiera, salvar los frutos que me habitaron. Me sumergí en la ausencia del sol, olvidé el húmedo suspiro del cielo y maté mis rosales. Se ahuyentó la luz en la edad del tiempo y ahora soy la oscuridad, la eterna noche, la inacabable agonía. En mi reflejo los inviernos imperan junto a un jardín deshabitado y naturaleza muerta. Yo quisiera hablar de semillas, de su ardua espera bajo la sombra de su fortaleza al romper la tierra, nacer el sol y caminar hacia él. Quisiera ir a los rincones olvidados en la desmemoria de mi cuerpo, encontrar fragmentos de luna para iluminar tan sólo un poco esta oscuridad que no me suelta[3].

Su escritura es valiente, rompe grilletes con la ternura del viento: suave y contundente. Tal como sucede en la cuarta parte del libro: Memoria presente, lo mismo el migrante, que la madre que perdió a su hija o el estudiante asesinado se hermanan al unísono grito colectivo. A través de la grieta es un poemario intimista, que hurga en el su propio interior para mostrarse y ser acompañado a través de figuras retóricas como la personificación, la sinestesia, la comparación.

Del apartado de cierre Nunca más silencio, su poema Retratos: En un hogar una madre llora frente a la cama vacía. En las calles, retratos que deshace el tiempo. De ellas queda una memoria fragmentada, un rostro más que desaparece, un nombre que existe ahora en el valle de las muertas[4].

El poemario madura con la voz lírica de la autora, camino donde ella se encuentra asombrada por la realidad y con emoción va resguardando todos los frutos a su paso. Más adelante discierne entre lo que necesita y no de la palabra y la vida, pues el sendero es largo y el pesar hondo; finalmente, alimentada del canto de las hojas abre las manos y llega a la cúspide: libre, serena, como quien prueba por primera vez el atardecer.

¡Ahí, en la hendidura alargada que se hace en la tierra está su canto, su palabra!

Portada del libro. Fuente: La Higuera Editores


[1] Alfaro, Carla, A través de la grieta, 2023, P.38.

[2] Ibidem. P. 48-49.

[3] Ibidem. P. 83-84.

[4] Ibidem. P. 115.

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