Por: Alan Pérez
En el fractal en curso se realizan algunas anotaciones críticas sobre el libro La globalización. Consecuencias humanas de Zygmunt Bauman (2010)[1], cuyas tesis constituyen una vía de crítica a las consecuencias económicas, sociales, políticas y culturales de la globalización en los seres humanos[2].
Hay dos cosas importantes que decir acerca de la obra posmoderna de Zygmunt Bauman. En primer lugar, el trabajo de Bauman se incrusta en la crítica contemporánea (que va desde Marx, Freud y Nietzsche hasta Deleuze y Guattari, Richard Rorty y Gianni Vattimo) al proyecto de la modernidad europea, el que desmonta los elementos centrales de la razón occidental desde finales del siglo XIX hasta principios del XX: no hay una verdad absoluta, sino formas de la verdad que, en la mayoría de los casos, se presentan como relatos acerca de la realidad[3].
En segunda instancia, aquella sigue una corriente de pensamiento que va desde el propio el marxismo, de donde emerge su teoría de la modernidad líquida con base en la afamada frase marxiana de que todo lo sólido se desvanece en el aire del capitalismo[4]; pasando por el giro espacial en pensamiento occidental, por el que las categorías de espacio y espacialidad ponen en jaque la reflexión ontológica moderna basada en el historicismo[5]; hasta el constructivismo sociológico, del cual parte su teoría acerca de las prácticas sociales como productoras y productos de las categorías de la intuición pura kantiana: el tiempo y el espacio[6].

Fuente: lostiempos.com
Ahora bien, el marco crítico anterior es en el que se inscribe precisamente el libro La globalización: consecuencias humanas de Zygmunt Bauman, en donde se tratan las causas y consecuencias del proceso de globalización/localización en las condiciones de existencia de la humanidad[7]. Una de las características principales de tal proceso es el fenómeno de la compresión del espacio/tiempo, por la que se advierte que las transformaciones globalizadoras no son sino la contraparte de las modificaciones localizadoras, lo que implica que los usos del tiempo y el espacio se vuelven el principal factor de diferenciación y, por lo tanto, jerarquización de la sociedad glocal[8].
El libro de Bauman acerca de las consecuencias humanas de la globalización/localización se divide en cinco capítulos. El primero trata el vínculo que hay entre la naturaleza histórica del tiempo y el espacio en conjunción con el patrón y la escala de la organización social en la humanidad; así como los efectos de la comprensión del espacio/tiempo sobre la estructuración y estratificación de las sociedades y comunidades territoriales y planetarias, en general, y la independencia de las élites globales del gran capital financiero con respecto a las unidades territorialmente limitadas al poder social, político y cultural y la nueva jerarquía de la organización espacial según el sitio que los agentes sociales ocupan en la estructura social, en particular[9].

Fuente: ebay.com
El segundo capítulo aborda las etapas sucesivas de las guerras modernas por el derecho de construir, imponer y legitimar el significado social del espacio compartido, lo que se apareja con un análisis de la planificación urbana global en el pasado y de la tendencia actual a la fragmentación del diseño y la construcción con fines de exclusión social; además, tal capítulo sostiene la improcedencia actual y la muerte gradual del régimen espacial de poder, nacido a finales del siglo XIX, que ha sido conocido en la teoría sociológica con el nombre panóptico: hoy más que nunca el problema del poder no se juega en el mecanismo por el que unos pocos vigilan a los mucho, sino por el que la gran mayoría es excluida del espacio virtual por unos pocos[10].
El tercero abona a la cuestión de la soberanía política en el mundo globalizado/localizado, es decir, a la constitución propia y el autogobierno de las comunidades nacionales y territoriales bajo la globalización de la economía, las finanzas y la información. Por ello, el autor presta una atención especial a la brecha existente entre el ámbito político y el económico, lo que lleva a los efectos inhabilitantes de la globalización sobre la capacidad decisoria de los gobiernos estatales en tres ámbitos de la existencia estatal: la economía, gobernada por el sistema financiero global; la política, cuestionada por las instituciones internacionales; y la cultural, debatida por los fenómenos de autodeterminación infra o supranacionales[11].

Fuente: globalizacionyculturaelmg.blogspot.com
El cuarto capítulo señala las consecuencias culturales del proceso de globalización/localización de las sociedades posmodernas, en donde se sostiene que existe una fractura existencial de las vivencias de los agentes sociales en tanto hay dos interpretaciones diferenciadas de la condición humana por medio del constructo simbólico de la vida errante, la que es, para aquellos que se encuentran en la cima de la pirámide social y, por lo tanto, poseen la posibilidad de movimiento o desplazamiento espacial, un sinónimo de la libertad; mientras que aquella es, para los que se encuentran en la base de la misma y, por ende, carecen de la facilidad de movimiento o desplazamiento espacial, una expresión de la incertidumbre, la inseguridad y el miedo que producen la liquidez de las relaciones humanas en las sociedades actuales[12].
El quinto y último indaga acerca de las expresiones radicales de polarización social que son el efecto de la globalización/localización, puesto que existe una tendencia contemporánea a penalizar a las personas que no se encuentran subsumidas a la norma idealizada del marco institucional glocal, lo que implica que la criminalización juegue el papel social de mitigador de las penurias de la vida errante al volver cada vez más odiosa y repugnante la idea de una vida localizada, fija, inmóvil. Por lo tanto, el autor sostiene que la angustia existencial provocada por el proceso de globalización/localización se ha visto reducida a no más que un problema de la “ley y el orden”, es decir, a la salvaguarda del cuerpo y la propiedad privada por parte de los globales en contra de los locales[13].
En conclusión, una de las cosas más destacadas de la obra reseñada es el hecho de que la interconexión entre los procesos de globalización y localización es el punto en el que se dibuja una línea divisoria entre “las condiciones de existencia de poblaciones enteras, por un lado, y los diversos segmentos de cada una de ellas, por el otro”, la que emerge del hecho de que la libertad de movimiento o desplazamiento se ha convertido en una mercancía escasa y, sobre todo, monopolizada, por cuya mediación se estratifica la sociedad posmoderna: de un lado, los globales, los turistas, las celebridades; y, del otro, los locales, los vagabundos, los sin nombre[14]. Por lo anterior, Bauman señala que “los procesos globalizadores [y localizadores] incluyen una segregación, separación y marginación social progresiva” por medio de la matriz espacio/temporal, lo que consagra las distinciones existentes “entre ricos y pobres; nómadas y sedentarios; lo normal y lo anormal, y lo que está dentro o fuera de la ley. El entrelazamiento y la influencia recíproca de estas diversas dimensiones de la polaridad” es uno de los complejos problemas que entraña la condición humana en la sociedad posmoderna[15].
[1] Zygmunt Bauman nació en 1925 en Polonia y murió en 2017 en Inglaterra. Sociólogo, filósofo e historiador, cuya obra aborda una variedad de temas que van desde el movimiento obrero laborista británico, pasando por la sociedad y cultura contemporánea, hasta la globalización de las sociedades posmodernas. Algunas de sus obras principales son Socialismo: la utopía activa (1976), Hermenéutica y ciencia social: aproximaciones al entendimiento (1978), Libertad (1988), Modernidad líquida (2000) y Tiempos líquidos: vivir en una era de incertidumbre (2006). Tal pensador es ampliamente conocido por acuñar el concepto de modernidad líquida para describir el proceso por el que el capitalismo lleva a cabo una disolución profunda de las instituciones y vínculos interpersonales de las sociedades.
[2] Bauman, Zygmunt, La globalización: consecuencias humanas, 2010, p. 12.
[3] Lyotard, Jean, La condición posmoderna: informe sobre el saber, 1987, pp. 3-5.
[4] Marx, Karl y Engels, Friedrich, “Manifiesto del Partido Comunista”, en Obras escogidas 1975, p. 35.
[5] Foucault, Michel, Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas, 1968, pp. 32-78.
[6] Bourdieu, Pierre, Meditaciones pascalinas, 1999, pp. 254-311.
[7] Bauman, Zygmunt, op. cit., 2010, pp. 7-8.
[8] Ibídem, p. 8.
[9] Ibídem, pp. 13-38.
[10] Ibídem, p. 39-74.
[11] Ibídem, pp. 75-102.
[12] Ibídem, p. 103-134.
[13] Ibídem, p. 135-166.
[14] Ibídem, p. 9.
[15] Ibídem, pp. 9-10.
Lista de referencias
- Bauman, Zygmunt, La globalización: consecuencias humanas, 3a edición, Fondo de Cultura Económica, México, 2010.
- Bourdieu, Pierre, Meditaciones pascalinas, 2da edición,Editorial Anagrama, España,1999.
- Foucault, Michel, Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas, 1a edición, Siglo XXI editores, México, 1968.
- Lyotard, Jean, La condición posmoderna: informe sobre el saber, 1a edición, Ediciones Cátedra, España, 1987.
- Marx, Karl y Engels, Friedrich, “Manifiesto del Partido Comunista”, en Obras escogidas, 4a edición, Editorial Progreso, Rusia, 1975.

