Por: Alan Pérez
Introducción
El interés general acerca de la industria musical se ha ampliado en las últimas décadas, en especial por la relevancia de las mercancías culturales en el mundo globalizado y por la importancia del sector cultural en la economía planetaria[1]. En cualquier caso, las personas especialistas en la materia no se han abocado con suficiente profundidad la conexión que existe entre la emergencia de la crisis financiera internacional de 2008 y el reajuste de la industria musical global[2]. Por ello, en el presente fractal reflexiono sobre la crisis financiera internacional de 2008 como un factor fundamental en el proceso de absorción de las innovaciones tecnológicas de la información y la comunicación por parte de la industria musical global[3].
El impacto de la crisis financiera internacional en la industria musical global
Desde mi punto de vista, hay dos cosas importantes que decir antes de analizar el modo en que la crisis financiera internacional fungió en tanto que un catalizador de la adopción de las tecnologías de la información y la comunicación por parte de la industria musical global.

Fuente: grupoboltmusic.com
La primera se refiere a la relación que existe entre la quinta revolución tecnológica, la financiarización económica mundial y la industria musical global en el marco del modelo neoliberal de acumulación capitalista. Tal revolución implicó la absorción y difusión de las tecnologías de la información y la comunicación y, por lo tanto, el cambio del paradigma tecnocientífico de la sociedad a nivel global. A mi parecer, lo precedente tuvo un doble efecto. Por un lado, el sector financiero consiguió subsumir al sector real de la economía mundial por medio de la desregulación de los mercados bursátiles, bancarios y monetarios, del aumento de las transacciones internacionales de capitales de cartera y de la creación de una multitud de instrumentos de inversión y especulación[4]. Y, por el otro, la financiarización de la economía mundial y las tecnologías de la comunicación y la información conllevaron que “las áreas de producción [económica] que más crecieron [alrededor del mundo neoliberal] fueron las emergentes industrias culturales (películas, videos, videojuegos, música, publicidad y espectáculos artísticos).”[5]
La segunda cosa se remite al proceso de adopción y distribución de las tecnologías de la información y la comunicación en los distintos sectores, ramas e industrias económicos. En este sentido, soy de la idea de que hay que distinguir entre la fase intensiva (o de instalación) y la fase extensiva (o de despliegue) de la quinta revolución tecnológica[6], en donde aquella se relaciona con la invención y funcionalización de la computación, la microelectrónica y las telecomunicaciones en la producción de medios de producción materiales entre 1982 y 2007 y esta se corresponde con la asimilación y refuncionalización de tales técnicas en la producción de medios de producción digitales entre 2008 y 2024. Por ello, creo que una periodización así posee un sentido explicativo solo si la crisis financiera internacional de 2008 se considera como a) la representación del agotamiento del modelo de acumulación de la economía global con base en las tecnologías de la información y la comunicación[7]; y b) el catalizador de la asimilación de dicho paradigma tecnológico por parte de las diferentes industrias culturales a nivel global con miras a revertir dicho agotamiento[8].

Fuente: The Recording Industry Association of America.
Ahora bien, concuerdo en que un hecho fundamental de lo anterior es que el ciclo económico de la industria musical global ha respondido también a la aparición abrupta de una variedad de innovaciones tecnológicas desde 1973 hasta 2023. La gráfica U. S. Recorded Music Revenues by Format es una aproximación a los auges y las depresiones de la actividad productiva de la música grabada en función de las nuevas combinaciones de recursos y factores productivos en tal sector industrial a nivel global[9]. Como se observa arriba, las introyecciones de nuevos formatos de registro de la música popular grabada han operado un papel sustancial en las actividades relacionadas con la producción, distribución y consumo de dicha música, puesto que marcan los puntos de inflexión entre la caída y el auge del ciclo económico de tal industria: a) la época recesiva de 1972 a 1982 se caracterizó por el fin del impulso del cambio del vinyl (y sus sinónimos o anexos) por el cassette (y sus homólogos o complementos); b) la fase ascendente de 1982 a 1998 fue posible gracias a la sustitución del cassette (y sus variantes o suplementos) por el compact disc (y sus sinónimos o anexos); c) la época recesiva de 1998 a 2014 se debió al agotamiento de la innovación anterior; y d) la fase expansiva de 2014 a 2023 estuvo signada por la sustitución del compact disc (y sus variantes o suplementos) con el streaming (y sus homólogos o complementos)[10]. En suma, la industria musical global ha virado entre estados equilibrados de la producción de valor con recursos y factores habituales (en las fases recesivas) y transformaciones desequilibradas de la producción de valor con recursos y factores innovadores (fases expansivas).
Por lo demás, me ciño a la idea habitual de que la crisis financiera internacional de 2008 implicó la reconfiguración del modelo de acumulación capitalista, la que tuvo dos efectos directos sobre la actividad económica a nivel global. El primero fue la creación de una especie de “capitalismo digital”: las tecnologías de la información y la comunicación trajeron consigo un proceso de desindustrialización que se tradujo en la aparición de la economía de servicios, con la que una parte importante de la producción se convierta también “en conocimiento, datos o información”[11]. De esta manera, el capitalismo digital se ha caracterizado por el hecho de que los algoritmos derivan en “los nuevos medios de producción”, mientras que los datos se transforman en “una mercancía”.[12] De ahí que uno se tope con la emergencia de los bienes y servicios digitales, los que son copiables tantas veces como se desee, los que poseen unos costos marginales próximos a cero y los que azuzan la rentabilidad de las empresas y, por lo tanto, la acumulación del capital hasta puntos insospechados[13].

Fuente: International Federation of the Phonographic Industry, Global Music Report, 2024, p. 11.
El segundo efecto fue la institución de un tipo de “capitalismo de plataformas”: la caída de la rentabilidad de la economía en general y la digitalización de la actividad productiva han derivado en la constitución de una suerte de “infraestructuras informáticas”, cuya función es propiciar la interacción de uno o más grupos de agentes económicos a través la intermediación de las grandes corporaciones multinacionales, tal y como Netflix, Uber, Airbnb, Amazon, Spotify, Steam, etcétera[14]. Así, tales plataformas han posibilitado una serie de estrategias económicas por medio de las que obtener una mayor tasa de rentabilidad del monopolio de la información de los usuarios por las transnacionales, en donde la experiencia y el tiempo de los seres humanos se ha transformado, a su vez, en una mercancía en tanto que los ingresos de las plataformas de streaming dependen en gran medida de lo siguiente: quien usa Spotify (o cualesquier plataformas de música popular grabada) produce información sobre el tipo de géneros musicales que le gusta escuchar y, a la vez, “consume esta información cuando acepta las recomendaciones generadas por los algoritmos de la plataforma con la misma información que produjo el usuario.”[15]
Así pues, creo que la industria musical global posterior a la crisis financiera internacional y, por lo tanto, a la desindustrialización y digitalización de la economía mundial implicaron un proceso de reconfiguración de aquella en tanto que pervivieron una variedad de empresas discográficas pertenecientes al paradigma analógico de la música (Warner Music Group, Universal Music Group y Sony Music) que tuvieron que establecer una serie de acuerdos de desinversión, inversión y reconversión productiva con las nuevas empresas de streaming propias del paradigma digital de la industria musical (Apple Music, Spotify, Youtube, etcétera), ya que aquellas se enfrentaron a una caída de los ingresos por la venta de música en formato físico (compact disc) y, por ende, de las ganancias por la participación en dicha industria debido, a final de cuentas, a la alta rentabilidad de la digitalización de las actividades relacionadas con la producción, distribución y consumo de música popular grabada durante el siglo XXI[16].

Imagen 4. Fuente: liberaradio.com
Conclusión
En el fractal en curso, planteé que la adopción y adaptación del conjunto de nuevas combinaciones de recursos y factores productivos de las tecnologías de la información y la comunicación por parte de la industria musical global fue el efecto de los procesos de desindustrialización de la actividad económica y, a su vez, de la digitalización de los servicios culturales que emanaron del agotamiento del modelo neoliberal de acumulación capitalista.
Sin embargo, tales reflexiones deben de complementarse con un análisis detallado de los siguientes tópicos: primero, si es que las industrias culturales, en general, y la industria musical, en particular, se han vuelto los ejes de la acumulación capitalista en las primeras décadas del siglo XXI, así como la manera en que la caída de la rentabilidad de las otras industrias (en especial, de aquellas relacionadas con el paradigma tecnocientífico fordista) ha desplazado el interés de los capitales nacionales e internacionales a las industrias culturales y musicales a nivel global; segundo, si lo anterior ha sido así, entonces hay que saber cuál es el papel que cumplen las industrias culturales, en general, y la industria musical, en particular, en la “dirección” del ciclo económico de las economías capitalistas en la actualidad, es decir, si la rentabilidad de las innovaciones tecnológicas en tales industrias son las responsables de las variaciones en la actividad productiva de la economía en su conjunto (tal y como lo fue la industria automotriz en el modelo económico fordista).
[1] Ramírez, Sergio, Industrias culturales e industria musical en Iberoamérica, 2016, pp. 1-3; International Federation of the Phonographic Industry, “A global snapshot of music engagement in 2021”, en Engaging with Music, [en línea], 21 oct. 2021.
[2] Masis, Tadeo, “Capitalismo de plataformas, producción y consumo de música: el caso de Spotify”, [en línea], en Revista de las artes, 2022, pp. 43-49.
[3] Este fractal posee ecos teóricos importantes en las teorías schumpeteriana y neoschumpeteriana de los ciclos económicos y las innovaciones tecnológicas, en especial en Schumpeter, Joseph, Teoría del desenvolvimiento económico, 1967, pp. 226-256; Olaya, Alejandro, “Economía de la innovación y del cambio tecnológico: una aproximación teórica desde el pensamiento schumpeteriano”, [en línea], en Revista Ciencias Estratégicas, 2008, pp. 240-245; Pérez, Carlota, Revoluciones tecnológicas y capital financiero. La dinámica de las grandes burbujas financieras y las épocas de bonanza, 2004, pp. 50-56. Asimismo, la persona lectora puede remitirse a un texto que se publicó en la plataforma de Fractales con anterioridad en relación con tales tópicos, el que es: Pérez, Alan, “Breves notas sobre la teoría schumpeteriana de los ciclos económicos”, [en línea], en Fractales-ReMJI, 31 mar. 2024, consultado en: https://remji-fractales.com/2024/03/31/breves-notas-sobre-la-teoria-schumpeteriana-de-la-crisis-economica/.
[4] Marichal, Carlos, Las grandes crisis financieras, 2010, pp. 225-242.
[5] Harvey, David, Breve historia del neoliberalismo, 2005, p. 173.
[6] Pérez, Carlota, op. cit., pp. 27-60.
[7] Lapavitsas, Costas, El capitalismo financiarizado. Expansión y crisis, 2009, pp. 7-21.
[8] Harvey, David, op. cit., pp. 173-174.
[9] Ruego al lector que se remita también a la Imagen 3, en la que se presenta una gráfica de los ingresos de la industria musical global de 1999 a 2023. Como se puede notar, hay una similitud importante entre el ciclo económico de la industria musical estadounidense y el de la industria musical global, en especial en lo que se refiere a la cantidad de ingresos de tales sectores, así como a los años de difusión de las innovaciones tecnológicas. Tal cosa se explica porque la industria estadounidense ha sido (al menos desde finales del siglo XX hasta las primeras décadas del XXI) el centro hegemónico de la industria musical a nivel global, a pesar de que en los últimos años esto esté cambiando a favor de las industrias surcoreana, latinoamericana o china. Por lo anterior, y con base en criterios expositivos, se ha decidido utilizar la gráfica de los ingresos de la industria musical estadounidense como muestra representativa del ciclo económico de la industria musical global; además de que tal gráfica no tiene más sentido que exponer los procesos de introducción de innovaciones tecnológica en dicha industria, más que describir la cantidad de ingresos de la industria en su conjunto.
[10] Al respecto de tales formatos, revísese Christie, Hyun, The Economics of the Popular Music Industry, 1a edición, Palgrave Macmillan, Inglaterra, 2016, pp. 7-32.
[11] Masis, Tadeo, op. cit., p. 46.
[12] Ibídem, p. 46-47.
[13] Ídem.
[14] Ibídem, p. 47.
[15] Ibídem, p. 48; Longo, Alessandro, “Capitolo 1: l’evoluzione del mercato musicale”, en Il mercato della musica digitale. Il case study su Spotify (Tesis de licenciatura), 2014, pp. 11-32.
[16] Quesada, Alexis, “4.4. Estrategias para adaptarse al proceso de digitalización”, en Análisis estratégico de la evolución en la industria discográfica (Tesis de licenciatura), 2018, pp. 55-60; Pilao, Álvaro, “8.2. Las plataformas cibernéticas en la industria”, en La industria musical, la cibernética y el “streaming”. Un análisis de la evolución musical de los años 80 a la actualidad (Tesis de licenciatura), 2020, pp. 33-38.
Lista de referencias
- Harvey, David, Breve historia del neoliberalismo, 1a edición, Akal, España, 2005.
- International Federation of the Phonographic Industry, Engaging with Music, [en línea], 21 oct. 2021, consultado en: https://www.ifpi.org/wp-content/uploads/2021/10/IFPI-Engaging-with-Music-report.pdf.
- Lapavitsas, Costas, El capitalismo financiarizado. Expansión y crisis, 1a edición, Maia Ediciones, España, 2009.
- Longo, Alessandro, Il mercato della música digitale. Il case study su Spotify (Tesis de licenciatura), Universitá Luiss Guido Carli, 2014.
- Marichal, Carlos, Las grandes crisis financieras, 1a edición, Editorial Sudamericana, España, 2010.
- Masis, Tadeo, “Capitalismo de plataformas, producción y consumo de música: el caso de Spotify”, [en línea], en Revista de las artes, Universidad Nacional Autónoma de México, no. 2, vol. 81, 2022, pp. 42-61, consultado en: https://www.researchgate.net/publication/357723844_Capitalismo_de_plataformas_produccion_y_consumo_de_musica_el_caso_de_Spotify.
- Olaya, Alejandro, “Economía de la innovación y del cambio tecnológico: una aproximación teórica desde el pensamiento schumpeteriano”, en Revista Ciencias Estratégicas, Universidad Pontificia Bolivariana, no. 20, vol. 16, 2008, pp. 237-246, consultado en: https://www.redalyc.org/pdf/1513/151312829002.pdf.
- Pérez, Carlota, Revoluciones tecnológicas y capital financiero. La dinámica de las grandes burbujas financieras y las épocas de bonanza, 1a edición, Siglo XXI, México, 2004.
- Pilao, Álvaro, La industria musical, la cibernética y el “streaming”. Un análisis de la evolución musical de los años 80 a la actualidad (Tesis de licenciatura), Universidad de Sevilla, 2020.
- Quesada, Alexis, Análisis estratégico de la evolución en la industria discográfica (Tesis de licenciatura), Universidad Miguel Hernández, 2018.
- Ramírez, Sergio, Industrias culturales e industria musical en Iberoamérica, [en línea], 1a edición, Autoedición, México, 2016, consultado en: https://www.academia.edu/33594831/Industrias_culturales_e_industria_musical_en_Iberoam%C3%A9rica.
- Schumpeter, Joseph, Teoría del desenvolvimiento económico, 1a edición, Fondo de Cultura Económica, México, 1967.

