La elegancia del erizo: de ideas profundas y muerte

Por: Mariana Palomo

Hace unos meses me di a la tarea de desempolvar un libro que mi madre me había regalado cuando estaba en la secundaria. Había tratado de leerlo más de tres veces y no había momento en el que me sintiera atrapada, así que lo abandonaba de nuevo en el rincón sin la esperanza de leerlo en el futuro. 

Pero el futuro llegó y el día menos esperado (no tenía nada para leer y sentía la necesidad profunda de conocer nuevos mundos a través de la lectura) lo tomé del librero y me dispuse a comenzarlo. 

Qué bueno que el futuro llegó, porque La elegancia del erizo de Muriel Barbery me cambiaría la vida para siempre. 

Reneé y Paloma. Fuente: fragmento de la película La Elegancia Del Erizo (2009), de Mona Achache

Tengo las primeras frases subrayadas desde el mismo principio, supongo yo que todo eso que no me había atrapado antes, ahora tomaba sentido con el nuevo yo, con mi nueva vida y con las nuevas formas de ver el mundo. Ya no era una niña puberta tratando de leer a una escritora francesa, sino que era un yo adulto con una comprensión del mundo distinta, con ideas frescas y con una clara posición ideológica ante la vida. 

  • Conocí a Renée, protagonista de esta lectura, con esta frase: “Correspondo tan bien a lo que la creencia social ha aglutinado como paradigma de la portera de finca, que soy uno de los engranajes que hacen girar la gran ilusión universal”(Barbery, Muriel, La Elegancia del Erizo, 2010, p. 13 ).

Y es que encaja en la perfecta descripción que tiene de sí misma: portera de un complejo departamental de la clase alta francesa, oculta en los rincones de su hogar, bajo el ruido de un televisor que no ve (pues prefiere la lectura) y acompañada por un gato perezoso. 

Siempre discreta, Renée es de esas mujeres que saben todo de ellas mismas y no duda dejarnos conocer sus secretos más profundos en cada descripción que hace de su mundo, un mundo en el que ella parece solo ser testigo de la vida de los otros, pues la suya está cargada de discreción e insignificancia (de acuerdo con sus palabras), pero para nosotros, el público lector, nos enseña un universo nuevo, en donde ella tiene una vida cargada de significado, de amor y de inteligencia. 

Paloma por otro lado, es una niña que escribe sobre lo que ve. Teniendo la certeza de que el mundo no puede mejorar, se encamina escribiendo ideas profundas sobre todo lo que puede observar. Cuestiona el mundo que la rodea (la élite francesa) y se da cuenta de lo poco que quiere pertenecer a un mundo en donde nadie se interesa por nada que no sean ellos mismos; un mundo en donde nadie observa la belleza de lo simple y un mundo en donde todo lo que gira a nuestro alrededor se vuelve insignificante si no le importa a la gente correcta. 

Paloma. Fuente: Journal de Ética y Cine. Fragmento de La Elegancia del Erizo (2009), de Mona Achache

Renée y Paloma, muy distintas la una de la otra, son unidas en el camino por el señor Kakuro y se dan cuenta que sus mundos, tan lejanos, son parecidos, y deciden acompañarse en el camino, intentando comprender el lugar que les acoge. 

Muriel Barbery nos muestra la complejidad de vivir vidas tan simples, las vidas de seres que parecen tan comunes, de personas que parecieran ser una copia exacta de otras, en un libro nos enseña, que sus vidas cargan profundo significado en sus universos personales. 

Gracias a Renée por enseñarnos sus más profundos secretos, por darnos una ojeada de su mundo personal y privado. Gracias a Paloma por sus ideas profundas, por sus ganas de observar el movimiento del mundo, por su mirar, por la infancia regalada en su entendimiento y descubrimiento del mundo. Gracias al señor Kakuro por mostrarnos que todos cabemos en un mundo como este, incluso cuando parece que no pertenecemos. 

Pero sobre todo, gracias a Muriel Barbery por darnos un mundo en La elegancia del erizo, en donde existen amistades que trascienden las barreras del tiempo, el espacio y la muerte, pero sobre todo las barreras de la vida, las limitaciones sociales y las apariencias más banales de la existencia. Porque existen amigos que toman tu mano aunque sea solo por un segundo y transforman tu mundo para siempre. 

Renée y el señor Kakuro. Fuente: Espinof. Fragmento de La Elegancia del Erizo (2009), de Mona Achache

Referencias 

Barbery, Muriel, La Elegancia Del Erizo, 6ta edición,  Seix Barral, Francia, 2010,  traducido por: González-Gallarza, Isabel.

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