Namajel O´ntonal/ Corazón distante: La palabra es el camino

Por: Rosy Vázquez

A primera voz tsotsil, Namajel O´ntonal ve la luz. Este poemario bilingüe tsotsil-español irrumpe el mundo con ternura radical, exponiendo su preocupación por un pasado nostálgico, un presente punzante y un mañana brumoso que nunca deja de ser esperanzador.

La propuesta poética de Ezequiel Ton presenta un viaje personal-colectivo de quien se zurce las alas para virar a otros vientos usando al hambre como movimiento impulsor. Encontramos imágenes contemplativas de personas, lugares y acontecimientos que el autor canta con su propio ritmo, cadencia y color.

Crear poesía es cantar. Y en este libro hay dos cantos, uno en tsotsil y otro en español, lenguas que, aunque diferentes se hermanan para hacer posible el acto comunicativo. El autor, quien hace su propia traducción, se piensa en su lengua materna y en el idioma adquirido, donde el proceso lingüístico-literario que incluye, entre otros aspectos la métrica, la gramática, las figuras poéticas se erige en dos estructuras que traen consigo identidad, mito, filosofía, creencias.

Abuela toca mis sueños, dice que ya no hay dónde ir/ yo creo que hay mundo/ y sueño el mar. ¿De qué color serán sus sueños? sueño una ciudad, creo ver sus luces desde esta montaña, acaricio la hierba/su rocío; me pregunto del futuro del cerro, esta vida, la milpa, el ganado. Qué irá a ser allá. Qué voy a hacer aquí. Sumerjo mi rostro en la imagen; creo en la ciudad[1].

El acto migrante en los poemas de Corazón distante se refleja tanto en la forma como en el fondo. Encontramos poemas en verso y prosa, de corto aliento. Figuras literarias como la personificación, la sinestesia, la repetición, la anáfora, entre otras. La métrica en español muestra el verso libre, así también pueden encontrarse endecasílabos, heptasílabos, alejandrinos.

Presentación del libro. Fuente: Cortesía

Mas la columna vertebral del libro es la huella del acto de quien se mueve por miedo, necesidad, crecimiento o libertad. Desde las familias que huérfanas despiden a un hijo, la persecución incomprensible por el ejercicio vertical del poder, hasta el ímpetu de erigirse en otro espacio. Se cruza un límite con la palabra, pero también con los adioses, el letargo, las rupturas.

Ahora es primavera. Luego vendrá la manía por querer tocarse. El aire y la carne habrán de añorar el amarillo. Tu abrigo y el mío serán entonces del color de este poema[2].

El acto creativo conlleva un choque lingüístico entre dos poderosos actos comunicativos, donde, dice el autor ´la palabra no ajusta´, las lenguas maternas se erigen en la poética de la cotidianidad, la que nombra desde la naturaleza, la diversidad, el sentir.

No es el hábitat del ave un paisaje hostil, no es el hábitat del ave el aroma cruel del abandono, no es el hábitat del ave el silencio frío de la derrota. Mas es el ave quien adapta su canto a cualquier camino, volviéndose testigo de la catástrofe o el milagro.

La memoria del sur lleva de la mano al autor por caminos que afronta reflexivo, empático, ¿qué contempla la poesía sino la metáfora que es en sí misma? imparable hálito en bucle. La palabra vuela cantando las sentencias.

Aprendí a sentarme en la banca de un parque a esperar las aves, yo aprendí a esperar el retorno, el otoño alumbraba en mi pecho con ese calorcito, mi espera se hacía menos ardua; yo era colibrí, un todo corazón rasgado por las púas de una línea[3].

El camino experimental y profesional de Ezequiel Ton le permiten jugar con las posibilidades infinitas que tiene el lenguaje; crea, quiebra, contrapone, ensambla, según sea la necesidad del lector/a. La dicotomía comunidad-ciudad atraviesa la propuesta poética del libro: encierro-libertad, arrojo-impotencia, asfalto-montaña, barrotes-colibrí.

El autor y su poesía. Fuente: Rosy Vázquez

El poemario está majestuosamente acompañado de una serie de dibujos realizados por Alonso Gordillo, tallerista, librero y artista visual originario de Ocozocoautla de Espinoza, quien ilustra en portada e interiores este Namajel O´ntonal, logrando capturar con la sensibilidad del lirio el camino del poeta.

Entonces Corazón Distante, se vuelve un acto contemplativo de la palabra. En cada trazo, en cada significante, el poemario se mueve, porque no hay otra forma de que la poesía exista sino a través del soplo, de la grieta, del dolor.

 Aquí/querida las calles desoladas, los vagabundos, el etilismo, las balas, el ruido, siempre el ruido/ llaga la noche y me pregunta ¿espera tu bosque aún?[4].

A tonos verdes, muy verdes, marrones, grises y blanco, el libro abraza con su tinte amoroso y nostálgico. Hay muertes, pero no olvido, un añoro lúcido. La soledad que impulsa el acto creativo o el suicidio, que no es lo mismo, pero es igual. 

Pero antes de esa muerte hay lucha, palos conteniendo la ira, gritos que el viento no pudo arrasar, y vuelve el que se fue en la evocación del recuerdo de quien migra, a veces a una libertad vigilada; pugna al abusivo, llanto de impotencia.

Yo me fui, porque allá una bala me lo exigió; una mañana de infierno narcos y ejército regular irrumpieron mi cuerpo, se llevaron mis sueños de defender la tierra las voces/ mis hermanas/ mis abuelos/ mi padre. Salieron de la Angostura, se fueron todos a lo ancho de la orfandad[5].

Namajel O´ntonal trae consigo creencias que forman parte de la identidad del autor y la comunidad, mitos, simbología. La sabiduría mayense se hace presente lo mismo en la milpa, el viento, la abuela, la montaña, que en el tratamiento editorial numérico del libro, sin dejar pasar el K´inal, materia incandescente, de donde nació así la vida como la palabra. Esto, por mencionar sólo algunos elementos ancestrales que forman parte de la identidad del autor y de su comunidad. La poesía migra de una hoja a otra, del papel al ojo, del ojo a la entraña. Nada es estático, ni la muerte ni el vacío. Por ello la poesía se erige como un campo de misterioso andar. Así lo es Namajel O´ntonal, donde la palabra es el camino.

Presentación del libro. Fuente: Cortesía


[1] Namajel O´ntonal/ Corazón distante, Ton, Ezequiel, 2024. P. 16-17.

[2] Ibidem. P. 80.

[3] Ibidem. P. 54.

[4] Ibidem. P. 36.

[5] Ibidem. P. 83.


Ton Ezequiel, Namajel O´ntonal/ Corazón distante,

Editorial Fray Bartolomé de Las Casas, 2024.

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