Por: J. J. Bermúdez
Debo comenzar esta breve crónica mencionando que, de ninguna manera tenía pensado en este 2024 realizar un viaje al extranjero, y mucho menos al continente europeo. Normalmente comienzo el año nuevo deseando poder hacer un nuevo cortometraje, película, encontrar un mejor trabajo y progresar en lo académico, pero nunca pensando ni deseando viajar. Porque, realmente no soy un turista nato, y aunque si hay países que deseo visitar algún día, simplemente no me pasaba por la cabeza hacerlo a la brevedad.
Es así como sin querer a menudo ocurren las cosas, sin planearlas o sin siquiera pensarlas, imaginarlas y creo que así es mejor.
Por ahí de marzo o abril del 2024 llegó un correo sobre una convocatoria a un congreso internacional, el posgrado y el instituto normalmente nos mandan siempre ese tipo de información para que como estudiantes revisemos en cuáles podemos incursionar. El congreso era sobre Innovación en Comunicación y Medios Audiovisuales. Yo soy licenciado en Ciencias de la Comunicación, por lo cual decidí postular dos investigaciones que ya tenía concluidas sobre nuevos medios y sobre realidades de Latinoamérica omitidas en el cine de Hollywood. El tiempo pasó y me llegó el correo de aceptación de ambas ponencias, sin darme cuenta que a las mesas a las que postulé eran presenciales, no aceptaban presentaciones en línea, (y eso que la tendencia hoy en día es hacer incluso los congresos de manera virtual absoluta). Y bueno, el asunto de leer bien las convocatorias es checar donde son, hasta ese momento me percaté de que el Congreso era en Salamanca, España.
Lo primero que pensé, es que de ninguna manera me sería posible ir, y le comenté a mi asesor de tesis, quién me dijo que la Universidad, el Instituto, el Posgrado e incluso él, me podrían ayudar con los gastos del viaje, y dije: “Bueno, si se puede que bien, y si no, no pasa nada”.
Después de un sinfín de oficios hacia el director del Instituto, a la Vicerrectoría de la Universidad, a la directora del posgrado y más, se concretó mi viaje, un 50% de los gastos cubiertos por la universidad y otro 50% cubierto con mi bolsillo. Me fui así sin más a España, por 7 días estuve en tierras europeas; en Madrid dos días y en Salamanca cuatro. Debo decir que, es mucho más caro estar en Madrid que en Salamanca. Llegando allá me enfermé de gripa y garganta, y pues no, no hay manera de que te vea un médico si no es con tu carnet en un hospital público, extrañé mucho al Dr. Simi. Pero la libré pese a todas las complicaciones.
La arquitectura, transporte público, cultura vial, infraestructura y tecnología hacen destacar a España, sin duda, pero se quedan muy cortos en la empatía de su gente, presentan actitudes groseras e indiferentes en su trato a los demás. Como fue un viaje que realicé en solitario, traté de tener el contacto mínimo o necesario con la gente, por lo antes mencionado, pero si le agradezco enormemente a Nuria de Zaragoza, España (ella si es una española cool), y a Claudia de Ecuador, quienes hicieron mi estadía más alegre y amena.
El vuelo de avión directo de México a Madrid es de 11 horas, el autobús de Madrid a Salamanca es de 3 horas y media. Tuve mucho tiempo para pensar y reflexionar cosas, pero sobre todo agradecerle a mi universidad por hacer posible tan increíble experiencia.
Les dejo unas fotografías de Salamanca, España, que es donde pasé mayor tiempo y en donde se llevó a cabo el CINCOMA 2024 (Congreso Internacional en Innovación en Comunicación y Medios Audiovisuales).













Un comentario en “UN VIAJE INESPERADO”